El número de homicidios en México se elevó durante 2017 a su nivel más alto en las últimas décadas, en gran parte como resultado de una poderosa y relativamente nueva banda de narcotraficantes que expandió sus operaciones en todo el país, señala el diario estadounidense, The Wall Street Journal.
Considera que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es una organización de narcotraficantes de muy rápido crecimiento en México y que en gran parte es el responsable del aumento en la violencia que ha sufrido la nación desde 2015, como lo han declarado funcionarios de seguridad mexicanos, precisa.
Indica que según datos publicados el domingo pasado por el Ministerio del Interior, los homicidios intencionales se elevaron a 25 mil 339, un aumento del 23 por ciento respecto del año anterior, lo que hizo que 2017 sea el año más sangriento en la documentación que se remonta a 1997.
Los homicidios aumentaron un 63 por ciento desde 2014, cuando el número había caído a un mínimo de seis años. El aumento puso la tasa de homicidios en 20.5 por cada 100 mil habitantes, habiéndose más que duplicado durante la última década. La tasa de homicidios en los Estados Unidos, en comparación, es de cinco por cada 100.000 habitantes.
Precisa que el cártel de Jalisco ha estado fortaleciendo agresivamente su red de distribución de drogas ilegales, principalmente metanfetaminas. Su expansión a nuevos estados ha llevado a la “limpieza” de las áreas tomadas por los rivales, tal y como lo señalan varios funcionarios de seguridad federales y estatales.
The Wall Street Journal menciona lo dicho por Carlos Flores, experto del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social en México, quien ha señalado que la actividad de dicho cártel “explica en gran parte la violencia que estamos viendo, se está convirtiendo en el cártel más poderoso y unido de México y, en el proceso, está causando un derramamiento de sangre en todo México”.
Que está derrocando rápidamente al cartel de Sinaloa, la organización de narcotraficantes dominante en México en los últimos 20 años, de muchas regiones del país.
Es decir, el cártel de Sinaloa está hecho jirones después de que Joaquín “El Chapo” Guzmán fuera arrestado por tercera vez hace dos años, después de haber escapado dos veces de las cárceles mexicanas y extraditado a Estados Unidos a principios de 2017, donde enfrenta cargos por tráfico de drogas.
Los analistas dijeron que la fragmentación del cártel de Sinaloa después del arresto de Guzmán Loera y la falta de avances significativos en la reforma de la policía a menudo corrupta o incompetente, ayudan a explicar la creciente violencia.
El artículo refiere que en el estado de Jalisco, donde el CJNG nació en 2010 después de separarse de una pandilla local y luego se alió con el cártel de Sinaloa, los homicidios aumentaron un 19 por ciento el año pasado. “Han reforzado el control sobre la distribución de drogas y eso resultó en más violencia”, dijo Raúl Velázquez, comisionado de seguridad del estado de Jalisco en una entrevista reciente en Guadalajara, la capital del estado.
En 2015, el cártel tuvo presencia en 15 de los 32 estados de México, según un informe de inteligencia de las autoridades federales de México visto por The Wall Street Journal. Dos años después, opera en al menos 22 estados.
A diferencia de otros grandes carteles que se han dividido en pandillas más pequeñas, el CJNG mantiene un liderazgo unificado bajo Nemesio Oseguera, apodado “El Mencho”, que ahora es el hombre más buscado de México.
“La estrategia expansionista del CJNG ha llevado a un aumento en las operaciones como ningún otro cartel de drogas en los últimos años”, según el informe de inteligencia mexicano, porque dondequiera que haya expandido sus negocios, la violencia ha aumentado.
El corredor de Colima a Veracruz, en el centro de México, ha sido un objetivo principal para el cártel de la droga, según el informe de inteligencia.
Colima es ahora el estado más peligroso de México, con una tasa de homicidios de 94 por cada 100 mil habitantes, ya que la región es estratégica para la distribución de drogas a través de los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas en la costa del Pacífico y Veracruz en el Golfo de México.
Señala que este grupo delictivo ha tomado el relevo de Los Zetas, una de las bandas de narcotraficantes más violentas del mundo, y de los restos que aún quedan de los Caballeros Templarios, dos cárteles que en los últimos años han sido dejados de lado por las acciones de las fuerzas federales mexicanas.
El CJNG, aliado con el cártel más pequeño de Tijuana, también está luchando contra el cártel de Sinaloa para tomar el control de los estados del norte de Baja California y Baja California Sur, según el informe.
Los cadáveres colgados de los puentes -una forma en que las bandas de narcotraficantes envían advertencias macabras a sus rivales- aparecieron por primera vez este año en el centro turístico de Los Cabos. Los dos estados han visto asesinatos saltar en un 77 por ciento y 192 por ciento respectivamente, en el último año.
El cártel de Jalisco también ha penetrado en Cancún, el centro turístico de la Península de Yucatán, donde combate guerras territoriales con diferentes grupos separados del cártel del Golfo.
Según la Drug Enforcement Administration, en Estados Unidos el número de investigaciones relacionadas con el CJNG saltó a 46 en 2017, cuando el año anterior era e 26.
El área de influencia del cartel en EUA incluye California y la costa este, desde Nueva York hasta Florida, con centros de distribución en Atlanta, Los Ángeles y la ciudad de Nueva York.
Una indicación de la fuerza del cártel es el aumento meteórico en las incautaciones de precursores químicos, compuestos necesarios para producir metanfetaminas.
Las incautaciones se han más que triplicado en cinco años a 723 toneladas en 2016, según la Procuraduría General de Justicia de México. El CJNG es conocido por sus tácticas paramilitares.
Por ejemplo, en Jalisco, las autoridades encontraron el año pasado dos campos de entrenamiento en una región montañosa aislada donde unas 40 personas recibieron entrenamiento militar, dijo Velázquez, quien está a cargo de la policía del estado de Jalisco.