Al encabezar la última sesión como presidenta del Consejo Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), Jacqueline Peschard Mariscal admitió que cierra el ciclo sin cifras que presumir y que no se le ha hecho ni un rasguño a este delito.
Al ofrecer su mensaje ante los miembros del Consejo, entre estos, la titular de la secretaría de la Función Pública, Arely Gómez, la ex titular del instituto de transparencia en la administración panista, reconoció que heredará a sus compañeros una labor titánica.
No obstante, dijo “se ha abierto una pequeña rendija dónde puede vislumbrarse la luz al final del túnel. Nuestra lucha por pequeña que sea deja ver un espacio inédito, ese país lejos de la corrupción al que todos aspiramos”.
“La tarea es desterrar la corrupción de este país y esto es tarea de todos, necesitamos reconocer nuestros pasivos que enfrentamos como la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones, la apatía, el temor a las posibles represalias y a la resignación frente a la podredumbre”, enfatizó.
La académica alertó que se trata de un año electoral de natural confrontación política, uno de los procesos más importantes del país por estar en juego más de 3 mil 400 cargos de elección popular.
Y aunque la autoridad electoral está preparada, dijo, también esta ha reconocido que la corrupción se cuela por los resquicios electorales, que existe la nefasta práctica de empresas fantasma y que hay un modus operandi de recursos públicos en beneficio de intereses políticos.
Ante ello, dijo a los miembros del consejo que será su deber acompañar al Instituto Nacional Electoral (INE), en el blindaje de los comicios para lograr que estas elecciones sean las más limpias y ejemplares de la historia.