Toneladas de escombros, sitios apenas accesibles para expertos, zonas de desastre, son los lugares donde este especialista realiza sus labores.
Con una preparación de al menos ocho años y entrenamiento diario, elementos como Luke son fundamentales para detectar un aliento, apenas un ruido, incluso el calor de una persona en la lejanía, una señal de vida.
Después de trabajar arduamente sobre la pila de concreto derruido en lo que quedó del edificio ubicado en el 286 de la avenida Álvaro Obregón, en la Colonia Roma, Luke y su binomio, Noé Camarillo, integrantes de la Cruz Roja, delegación León, bajaron de la cima, tomaron agua, se despejaron unos minutos y volvieron a la faena.
De raza Pastor Belga Malinois, calificado por algunos como el “fórmula uno de los perros” se caracteriza por ser un excelente rastreador, independiente, obediente, activo y lleno de energía.
De pelaje cobrizo combinado con negro, y “mascará” también de color negro, este buscador trabajó todo el día en los escombros de Álvaro Obregón 286, al igual que los 20 miembros de la delegación León de la Cruz Roja, que desde sitios como Salamanca, Celaya, Manuel Doblado y San Miguel de Allende, llegaron a la Ciudad de México para ayudar en las labores de rescate.
Luke y sus compañeros fueron asignados este jueves 21 de septiembre a las tareas de búsqueda y salvamento en el edificio de oficinas destruido por el temblor del pasado 19 de septiembre.
Este viernes podrían seguir buscando en ese mismo punto o en algún otro de las decenas de edificios que quedaron en ruinas en la capital mexicana.