El nuevo sistema de justicia penal es “funcional”, pues mejora las condiciones en que acusados y víctimas enfrentan procesos judiciales, aunado a que no es “hipergarantista”, sino que solo exige una mejor preparación a policías, peritos, jueces, fiscales, abogados e investigadores, afirmó el líder parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados, César Camacho.
El legislador también reiteró su propuesta de eliminar la figura del arraigo, que de poco o nada ha servido para hacer más eficiente la aplicación de la justicia.
Camacho Quiroz expuso, durante un foro temático organizado en el Senado de la República, que en lugar del arraigo, se debería perfeccionar la figura de “reparación integral del daño” y promover una mayor capacitación de los operadores del sistema.
Manifestó que si bien se requieren algunos ajustes de tipo “normativo”, es decir, a la ley, los cambios más que harán más eficiente al nuevo sistema están en el orden de la política pública, en su puesta en marcha y en una mayor preparación de los encargados de aplicarlo.
Reiteró que el arraigo debe desaparecer porque no es eficiente y va contra el principio de presunción de inocencia.
Entre las reformas viables a ese sistema, dijo, está el evitar que los delincuentes reincidentes puedan salir libres, para evitar que se registre el fenómeno de la llamada “puerta giratoria”, es decir, propiciar que cometan más delitos incluso dolosos, por los que pudieran quedar libres una y otra vez.
La situación que vive el país, reconoció, ha generado reacciones contra el sistema de justicia y una mayor demanda de endurecer las penas, pero de manera injustificada.