La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) urgió a las autoridades y a la sociedad a reconocer la existencia de la violencia contra niñas, niños y adolescentes como un problema social de primer orden.
El titular de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, asegura que este problema dificulta e impide a este sector de la población el ejercicio efectivo de sus derechos y repercute en distintos ámbitos de su vida, como la salud pública, por los efectos que implica la afectación a la integridad física y psicológica.
Llamó a que México proporcione un entorno adecuado para los menores de edad, para que existan vías efectivas y reales para su desarrollo y su calidad de vida, y subrayó el compromiso de los Ombudsperson del país para vigilar el cumplimiento de los derechos de niñez y adolescencia, que es prioridad, y fortalecer acciones para transversalizar el enfoque de derechos en todas las actividades del Estado mexicano.
“Tenemos que partir de reconocer la violencia que se vive en algunos entornos, identificarla, porque imposibilita el cumplimiento de muchos derechos y tiene repercusiones de diversa índole, tenemos que señalar que la violencia representa un problema social, que tiene repercusiones incluso en la salud pública, por los efectos que implica la afectación a la integridad física, y psicológica. Ese es uno de los temas o repercusiones que tiene.
“Tenemos que entender que las causas y los factores de riesgo de la violencia son complejos y multifactoriales. Y, por eso, los actores sociales, privados, públicos, tenemos que articularlos, para atender esta problemática y erradicar la violencia con un enfoque de derechos”, comentó González Pérez.
El ombudsman enfatizó que los actores públicos, social y privado deben participar en la prevención, atención y erradicación de las violencias priorizando el enfoque de derechos, así como también es determinante la colaboración de las familias, organizaciones de la sociedad civil, docentes y las y los cuidadores de niñas y niños.