El país presenta un comportamiento atípico en esta temporada de lluvias, ya que se registran precipitaciones demasiado intensas en lapsos muy cortos, lo cual provoca inundaciones, sostuvo el director general de la Conagua, Roberto Ramírez de la Parra.
Lo normal es que se tenga la misma cantidad de agua en lapsos mucho más largos y no en lluvias tan intensas, afirmó en entrevista televisiva.
Explicó que ello se debe a que la temperatura del planeta está aumentando, lo cual hace que se evapore mucho más agua y en el aire se tiene más humedad.
Cuando viene un fenómeno como un ciclón o como una onda tropical, quer son los que provocan las lluvias en esta época del año, se mezclan con esa humedad que está en el ambiente y hace que las nubes tengan mayor cantidad de agua y se precipite en lapsos más cortos.
Sin embargo, mencionó, este 2017 está siendo un año con poca agua hasta este momento, ya que las lluvias que se tienen están por debajo del promedio en todo el territorio nacional.
De acuerdo con los registros, dijo, ahora se están presentando más lluvias en el centro del territorio nacional y en el sureste; en tanto que en el norte hay sequía, lo cual es contrario a lo que pasó el año anterior; en el sureste, donde normalmente llovía muchísimo, tuvimos precipitaciones por abajo del promedio y en el norte tuvimos lluvias por arriba del promedio, que son unos 700 milímetros al año.
Citó como ejemplo la lluvia intensa que cayó el 28 de junio pasado en el Valle de México, principalmente en la zona de la Miguel Hidalgo, en Naucalpan y en Huixquilucan, ahí en área de Bosque Real; se registraron 197 milímetros en un lapso de una hora y 10 minutos más o menos, lo cual equivale a llenar en una hora seis veces el Estadio Azteca.
El funcionario indicó que aunque no se tenía registro de la cantidad de agua que corría por el Río Hondo, éste fue el que mayor caudal tuvo; nunca había corrido tanta agua como ocurrió la semana pasada.
Respecto del aprovechamiento de este recurso, detalló que el agua del Valle de México que sale por tres emisores, principalmente, se va hacía Hidalgo y se utiliza para el riego; una parte importante va a la planta de tratamiento de Atotonilco, que se acaba de terminar hace un par de meses, y otra parte va a otros municipios.
Sin embargo, Ramírez de la Parra señaló, existen dos problemas que se deben afrontar muy pronto en el país: el primero está relacionado con los hundimientos, y el segundo con la sobreexplotación del acuífero del Valle de México.
Lo que se está haciendo es “un estudio en este momento con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, precisamente para que nos ayude a ver en qué parte del Valle de México tenemos que hacer pozos de absorción, o inclusive lagunas en donde todavía se puedan hacer, precisamente para poder reinyectar el agua al acuífero”, añadió.
Debido a que en general todo el acuífero del Valle de México está sobreexplotado, se debe hacer una labor para tratar de recuperarlo, no solamente por el tema de abastecimiento de agua, sino porque el tema de los hundimientos en la zona es sumamente importante.
Mencionó que pese a que lo que corresponde a las presas del país “tenemos agua suficiente para poder dar agua a la parte de riego y a la parte de agua potable 2017-2018”, las lluvias son importantes para los cultivos de temporal.
Por ello consideró importante que llueva y que haya ciclones en el país; ya que dos terceras partes del agua que se usa en México provienen de fenómenos hidrometeorológicos, como ciclones y frentes fríos, que no son un tema de temperatura sino de agua.