El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tiene una política económica clara y afortunadamente su margen de acción tampoco es tan amplio como quisiera, pues se encuentra acotado por el Congreso de los Estados Unidos y otras instancias, planteó el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz.
Al ofrecer una conferencia magistral en la Universidad Iberoamericana, el también profesor de la Universidad de Columbia, se refirió a las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), y manifestó que el capítulo 11 de ese convenio, relativo a la protección a la inversión extranjera, es el que se debe revisar con mayor cuidado.
En el caso de las políticas de Trump, indicó que esa investidura le da una capacidad casi “ilimitada” de actuar, pero como quedó de manifiesto con sus propuestas de reforma fiscal, el Congreso estableció límites.
Esto, dado que proponía por un lado recortar los impuestos “corporativos” y al mismo tiempo, incrementar el gasto gubernamental en asuntos que ahondarían el déficit de su nación, como los “planes de infraestructura profundos”.
Su poder, insistió, está circunscrito e incluso algunas de sus decisiones han sido cuestionadas por el Partido Republicano, aunado a que estarán sujetas a la aprobación del presupuesto del año entrante.
“Trump no tiene una política económica. Tiene sentimientos incoherentes sobre ciertas cosas, pero afortunadamente su capacidad de hacer algo está muy limitada”, indicó.
Durante su exposición y posteriormente, a los cuestionamientos de los estudiantes sobre la revisión del TLC, el especialista planteó que al parecer, el mandatario norteamericano olvidó que fueron sus antecesores republicanos, en particular el presidente George Bush, quienes impulsaron ese acuerdo como parte de la estrategia económica de libre comercio.