Más de 150 mil 000 escuelas públicas y privadas en México deberían contar con un sistema de bebederos que garantice a los alumnos el acceso a agua limpia para beber, tal como se acordó hace tres años, sin embargo, hay retrasos en el cumplimiento de compromisos, alertan defensores.
“Terminaremos este sexenio con una meta más sin cumplirse y, por lo tanto, con escuelas que son ajenas a las necesidades de alimentación y salud de los escolares”, declaró Luis Manuel Encarnación, coordinador de la coalición ContraPESO.
Por su parte, Fiorella Espinosa, investigadora en salud alimentaria en El Poder del Consumidor, destacó: “En medio de una epidemia de obesidad y una alerta epidemiológica derivada de esta, las acciones para avanzar en la instalación de bebederos en las escuelas públicas deben fortalecerse y concretarse. El hecho de tener acceso a agua potable limpia y en forma gratuita en las escuelas puede ayudar a reducir el consumo de bebidas azucaradas entre la población escolar, las cuales representan el 70% de los azúcares añadidos que consumimos en un día. De igual modo ayudaría a reducir el consumo de agua embotellada y con ello sus daños ambientales.”
De acuerdo al Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE) de 2013, el proceso inició con un 18.8% en las escuelas públicas del país que ya contaban con bebederos instalados, aunque no todas estaban en buen estado y funcionando, lo que representa alrededor de 27 mil escuelas de las más de 145 mil que existen.
De acuerdo al propio INIFED, se instalaron mil 175 bebederos en 2014 y otros mil 500 en 2015 como parte del Programa Escuelas Dignas.
En los presupuestos aprobados por el Congreso para los años 2015, 2016 y 2017 se asignaron un total de 3.6 mil millones de pesos para la instalación de los bebederos en las escuelas de educación básica a través del Programa a la Reforma Educativa (PRE).
Es decir, para 2015 ya existía una asignación específica para este fin, asociada a la recaudación del impuesto a las bebidas azucaradas implementado a partir de enero de 2014.
La falta de un mecanismo de transparencia sistematizado que permita dar seguimiento al uso de estos recursos obliga a recurrir a diversas fuentes de información. Por un lado, con base en información de la Auditoría Superior de la Federación, se sabe que en 2015 se instalaron bebederos en 5 mil 964 escuelas del país.
Por otra parte, por solicitud de acceso a la información pública con folio 11140000000917, realizada por medio del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), se indica que los recursos para la ejecución del Programa Nacional de Sistema de Bebederos Escolares fueron administrados a través de un Fideicomiso que permitió ejercer dicho recurso hasta finales del 2016.
La meta planteada para el ciclo escolar 2015-2016 fue instalar 11 mil 304 sistemas de bebederos en el mismo número de escuelas, sin embargo, pese a que este periodo ya concluyó, no se dan a conocer cifras de instalación reales por lo que se desconoce si se logró la meta planteada.
Al reformarse la Ley General de la Infraestructura Física Educativa, la cual indica que el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED) “procurará que las instalaciones del Sistema Educativo Nacional cuenten con la infraestructura de bebederos de agua potable” prevista en la Ley, “en un plazo máximo de 3 años a partir de la publicación del Decreto”.
La Ley también indicaba que debían ser publicados los Lineamientos correspondientes en plazos de 90 y 180 días posterior a su publicación en mayo del 2014, a cargo tanto del INIFED como de la Secretaría de Salud en coordinación con la Secretaría de Educación Pública, los cuales en la práctica fueron emitidos hasta finales del año 2015 (un año y medio después), retrasando con ello el proceso formal de instalación de los bebederos, de acuerdo a las autoridades responsables.
Quedaría pendiente cubrir más de 100 mil planteles para lograr la meta planteada propuesta en la Ley General, la cual tenía la intención de cubrir no solo las más de 145 mil escuelas públicas, sino también las 28 mil escuelas privadas del país. Al respecto, tampoco hay información de los avances logrados en estas escuelas, finalizaron.