Ataques con armamento de grueso calibre, bloqueos, inteligencia y emboscadas del crimen organizado tuvieron que desafiar elementos de la Policía Estatal, Ejército y Marina antes de lograr el abatimiento de Juan Manuel Loisa Salinas alias “Comandante Toro”, líder del Cartel del Golfo en Tamaulipas.
El Toro era un personaje temido por su forma de operar y controlar las plazas del Cartel del Golfo en las que además de la venta y trasiego de droga a Estados Unidos, también controlaba el negocio de las extorsiones y secuestros.
En entrevista con NoticiasMVS, un ex elemento de la Policía Estatal de Tamaulipas quien bajo el mando del general de brigada en retiro Arturo Gutiérrez García logró importantes decomisos y detenciones entre 2014 y 2015, narró que El Toro era un sanguinario líder que ordenaba ejecuciones, compraba mandos y los mantenía amenazados para evitar ser capturado.
El Cártel del Golfo desarrolló un robusto equipo de inteligencia, que además de halcones y equipos de comunicaciones, instaló estratégicamente video cámaras en puntos muertos y luminarias de la Comisión Federal de Electricidad, en las que además colocaban un modem para enlazarlas a internet.
Esto les permitía tener ojos en prácticamente todo Reynosa, el principal bastión del Cártel del Golfo.
“En Reynosa existía un C4 prácticamente ellos diseñaron de la felinciencia organizada donde tenían vigiladas varias dependencias, la Marina, la Zona, la Policía Federal, en todos los postes donde ellos perdían contacto con los halcones, los puntos muertos, ellos tenían ahí sus cámaras, nos estaban vigilando, era muy difícil perdérnosles”, señaló el ex miembro de la Policía Estatal de Tamaulipas.
En 2015 Loisa Salinas asumió el control del Cartel del Golfo en Reynosa, tras la detención en la Ciudad de México de quien fuera escolta y brazo derecho: José Rodríguez Sánchez, alias “El Gafe”.
El ex mando policiaco detalló que cuando su grupo llegó a Reynosa en marzo de 2014 el Cártel del Golfo y Los Zetas vivían una cruenta batalla por el control del territorio.
Los delincuentes se paseaban por las calles armados a bordo de sus camionetas desafiando a la autoridad y atemorizando a la ciudadanía. Desde entonces y tras uno de tantos asesinatos de elementos policiacos, el Toro se convirtió en su principal objetivo.
Recuerda que en su primer aseguramiento decomisaron más de 30 armas y 37 mil cartuchos de diferentes calibres, la mayoría de uso exclusivo del Ejército, y granadas de fragmentación de 40 mm.
Después de esto, nadie les quería dar alojamiento en los hoteles de la zona ante el temor de sus propietarios a ser blanco de un ataque y sufrir represalias del crimen organizado, porque aunque pagaban derecho de piso, sabían que en cualquier momento podría llegar algún comando y prender fuego a su negocio.
Sólo un hotel se atrevió a hospedarlos y en la madrugada los delincuentes cumplieron sus amenazas. Fueron atacados con ráfagas de cuernos de chivo y otras armas de grueso calibre.
Al repeler la agresión y salir en persecución de los delincuentes, lograron esquivar los clavos ponchallantas y siguieron a una camioneta blindada que los condujo hasta un boulevard y de ahí a un vado donde fueron emboscados y quedaron prácticamente a merced de ellos.
Francotiradores les dispararon con Barret calibre .50 y granadas de fragmentación.
“Nos emboscaron, eran arriba de 20 camionetas, nos empezaron a tirar en el Boulevard Hidalgo, nos metieron a un hoyo donde muchas autoridades federales, militares, marinos han sufrido enfrentamientos y en ese lugar cuando los emboscan, difícilmente la libran. Nosotros repelimos la agresión y prácticamente resultaron heridos pocos de los elementos, pero de ellos fueron casi 18 personas abatidas”.
El enfrentamiento duró aproximadamente una hora.
En respuesta, los delincuentes realizaron bloqueos por toda la ciudad. Los líderes del Cártel del Golfo ordenaron que mataran a todos los elementos policiacos involucrados en ese enfrentamiento.
“La ciudad estaba prácticamente bloqueada porque según la orden por parte del Gafe, del Cleofas del Toro, del Chiricuas, del Tapón, del Polimenso, todos esos personajes que son los comandantes del Cártel del Golfo, el Güero Jessi, el Tachas… era de que nos eliminaran, nos desaparecieran porque cómo era posible que un pequeño grupo de policías estatales había asegurado tanto armamento”, explicó.
Este elemento policiaco, que se retiró de Tamaulipas en 2015 detalló que en ese año estuvieron a punto de capturar al Toro en la colonia Vistahermosa, pero gracias a su numeroso grupo de escoltas e informantes logró huir en una camioneta roja.
Sería hasta dos años después cuando este líder del Cártel del Golfo finalmente fue abatido por fuerzas federales y Reynosa nuevamente vivió una jornada de bloqueos y vandalismo como reacción del crimen organizado.