A 33 años del asesinato del columnista Manuel Buendía, el riesgo para los periodistas que ejercen su profesión de manera libre e independiente corren peligro y el panorama de violencia contra su actividad aumenta.
Muestra de ello es la cadena de asesinatos contra informadores en diferentes partes de la República, atribuibles en algunos casos a la delincuencia organizada y otros a autoridades corruptas e intolerantes de los diferentes órdenes de gobierno.
Lo anterior fue expresado durante una protesta en la Plaza Francisco Zarco, donde se hizo mención de los casos más recientes de periodistas asesinados como Javier Valdez y Miroslava Breach, en Sinaloa y Chihuahua, respectivamente.
Julio Hernández, El Astillero, columnista de La Jornada, dijo que hace 33 años, el maestro Manuel Buendía se enfrentó a los más oscuros intereses y a prácticas que hoy prevalecen ante el ejercicio del periodismo crítico, analítico y objetivo.
“Agentes con credencial, con autorización, con credencial los mismos ejecutaban a presuntos guerrilleros que a críticos opositores periodistas. Lo que hemos vivido desde entonces a la fecha es una cadena de agresiones de esos poderes hacia el periodismo; lo hemos visto con Miroslava; lo hemos visto con Javier, y lo mismo con Regina y lo hemos visto con tantos otros compañeros que viven acosados bajo esos poderes criminales”, aclaró.
Por su parte, el periodista Humberto Musacchio alzó la voz y puntualizó que ya basta de tanta muerte y de tanta sangre derramada, donde la impunidad es lo único que persiste y domina.
Aseguró que la lista de periodistas asesinados crece, pero no la de delincuentes pagando por sus faltas en el la cárcel.
“Los asesinos de periodistas están impunes en su inmensa mayoría, la razón es porque las Instituciones no funcionan, el Estado está ausente. El problema de México es que estos gobiernos no solo son de ineptos y corruptos, sino las instituciones están vacías”, afirmó.
Los convocantes de la protesta, Sindicato de Trabajadores de La Jornada, La Casa de los Derechos de los Periodistas y el Sindicato de Redactores de La Prensa, dejaron en claro que el gremio periodístico no pude seguir sumido en el medio y los actos de barbarie en su contra.
Por ello exigieron a los gobernantes aclarar las muertes de los periodistas asesinados a manos de criminales o por órdenes de poderes establecidos, que no comparten la democracia y el respeto a la libertad de expresión.
@amarilloalarcon