El Tecnológico Universitario del Valle de Chalco (TUVCH) ha sido incorporado a la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, confirmaron el rector de la IBERO, David Fernández Dávalos S. J., y el Director del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, Óscar Arturo Castro Soto.
En su discurso, el Padre Fernández Dávalos dijo que una de las principales razones que tienen la Universidad Iberoamericana y el Sistema Universitario Jesuita (al que pertenece la IBERO) para continuar al cargo del Tecnológico es la actual situación del acceso a la educación superior en nuestro México.
El TUVCH es desde hace más de 20 años “una alternativa viable para los jóvenes”, cuyas circunstancias sociales y económicas no les permiten ingresar a instituciones de educación superior como la UNAM, el Poli o la UAM”, agregó Fernández Dávalos.
Con la fusión, la IBERO ofrecerá a los sectores populares una alternativa educativa accesible, intensiva, de calidad y fuerte en el componente práctico (70% de práctica y 30% de teoría); que les permita acceder al mercado laboral en menos tiempo y en condiciones suficientemente dignas y decentes.
“Queremos, sí, satisfacer las necesidades de los sectores productivos, pero, sobre todo, contribuir al empleo digno en nuestro país, que supere la precariedad laboral que se ha generado con el modelo económico implementado en los últimos años.
Con la unión entre la IBERO y el Tecnológico del Valle de Chalco se procurará que los docentes tengan un amplio conocimiento de sus materias, y una amplia experiencia en el sector de la industria.
“Queremos reducir el abandono escolar del TUVCH; ampliar y fortalecer las competencias integrales en nuestros estudiantes, como el razonamiento y el pensamiento crítico; igualmente, nos proponemos atender los déficits en competencias básicas con los que ingresan muchos de los estudiantes de este Tecnológico”, subrayó.
“Nos proponemos ofrecer estrategias pedagógicas articuladas que cuenten con apoyos como asesorías académicas, tutorías, cursos remediales, apoyo psicológico, una oferta cultural y deportiva amplias, y transformar la experiencia en el aula con enfoques constructivistas centrados en el aprendizaje y no tanto en el profesor”.
El rector de la IBERO también mencionó que en México sólo se atiende 35% de la demanda educativa en el nivel superior, cifra que en el caso Estado de México es de alrededor de 25%, es decir, que cuatro de cada cinco jóvenes no tienen lugar en ninguna universidad pública o privada.
“De manera que los estudios técnico universitarios pueden ser una opción real para acceder al mercado de trabajo y, también, quizá, a otras opciones educativas. Frente al alto desempleo en los últimos años, de alrededor de 6%, una carrera técnico universitaria puede ser un medio para que los muchachos y muchachas puedan acceder a puestos de trabajo imprescindibles para la industria y la empresa, pero que no están tan competidos”.
Fernández Dávalos destacó que en México por cada persona con estudios de técnico universitario con empleo hay seis o siete licenciados que no encuentran trabajo. En ese sentido, “las universidades tecnológicas pueden representar una opción interesante y viable para muchos jóvenes que no cuentan con recursos necesarios para hacer una licenciatura universitaria”.
Sin embargo, subrayó que “las empresas todavía no tienen conocimiento suficiente del perfil del técnico superior universitario por lo que no lo tienen en su estructura orgánica. Esto hace que muchas veces, los egresados tienden a ser ubicados en puestos que están sub retribuidos, pagados por debajo de lo que debería de ser”.
“Por eso todavía muchos de ustedes, nuestros estudiantes, dejan la TUVCH para irse a cursar una licenciatura o ingeniería. Otro reto es el de abrir estudios de TSU en áreas o campos de las ciencias sociales, y no sólo en el campo tecnológico, de suerte que seamos también una opción para quienes buscan una especialidad en temas de derecho, historia, psicología, salud, etcétera”, agregó.
Finalmente, el Padre Fernández Dávalos dijo que “como recurso viable para la población de los sectores populares tenemos que seguir trabajando en el fortalecimiento de la calidad de estos estudios de TSU y en la difusión de sus potencialidades y alcances, de suerte que poco a poco vayamos desvaneciendo el estereotipo de que los estudios técnicos son inferiores a los estudios en las universidades tradicionales”.
Actualmente, mantiene tres ciclos de inicio de clases al año: enero, mayo y septiembre. Su modelo académico contempla dos años de estudio, de los cuales los últimos cuatro meses de carrera se estudian directamente en una empresa, como Estadía Profesional; y es a través de este mecanismo actualmente 89% de los alumnos recibe una oferta laboral o se queda a trabajar en las mismas empresas donde realizan su estancia.
La colegiatura mensual es de 750 pesos. Para los jóvenes con buen aprovechamiento académico se estableció el Programa de Becas de Excelencia, cuyo monto es de 6 mil pesos por cuatrimestre, con los cuales el alumno cubre su inscripción (350 pesos) y colegiaturas, y dispone de dinero para útiles escolares, gastos de transporte y/o alimentación.