México es líder mundial en producción de antivenenos, que responden efectivamente a personas que han sido afectadas por picadura de animales en África, Medio Oriente y Europa, señaló Alejandro Alagón Cano.
Dentro de las charlas con los Premios Nacionales en la unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detalló que también ha crecido la demanda de antídotos nacionales por la alta prevalencia local de casos por piquete de alacrán –300 mil al año– además de los ocasionados por mordedura de serpientes –cascabel y coralillo– y especies de araña.
De los 220 escorpiones existentes en México, sólo 11 son “verdaderamente peligrosos” y para los mamíferos, incluidos los humanos, sólo las toxinas que afectan los canales de sodio son nocivas, por lo que un antiveneno contiene anticuerpos contra esas sustancias.
La investigación básica “es fuerte y si no tuviéramos esta plataforma de conocimiento sobre dichos antitóxicos, la elaboración no habría fluido tan rápido”, así como tampoco el desarrollo del conocimiento de cómo manejar la respuesta inmune y cómo producir anticuerpos.
En México la experiencia en el tema data de 1905 y desde entonces gran número de científicos y empresarios se ha dedicado a él con buenos resultados, destacando los antídotos contra la picadura de alacrán, convertidos en el motor que mantiene los estudios.
Las aportaciones principales que Alagón Cano ha hecho como investigador han sido mejorar contravenenos básicos y desarrollar “un número grande” de otros que no existían, entre ellos, contra la mordedura de viuda negra, en México; contra las de araña violinista, serpiente y alacrán, en África, y contra la de víbora, desde Portugal hasta la vertiente oeste del Volga, en Europa.
En los casos de envenenamiento por escorpión existen datos oficiales, pero por serpiente o araña “no hay la obligación por parte de los médicos” de reportarlos, aunque las muertes sí son registradas y se calcula que por mordedura de la primera oscilarían entre 3,000 y 5,000, y de la segunda rondarían los tres mil.
El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005 en el área de Tecnología y Diseño y Premio Luis Elizondo al Sentido Humano 2013 sostuvo que el reto principal en la investigación en este campo es producir dosis suficientes para contender con la problemática en el mundo.