Las nuevas disposiciones del gobierno de Estados Unidos sobre los migrantes, podrían derivar en una “absurda posibilidad” de que las familias de mexicanos radicados en Estados Unidos sean separadas, sin embargo eso podría ocurrir, planteó el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Carlos Sada.
“Nos parece absurdo que esto pueda suceder, simple y sencillamente. Pero hay una preocupación, una preocupación real. ¿Qué sucede cuando detienen al jefe de familia que está en esa situación con una orden de deportación? Pues inevitablemente se va a dividir a la familia, a no ser que si los hijos son americanos y tienen un estatus diferente, se puedan quedar en Estados Unidos. Pero sí es imposible para nosotros parar una orden de deportación cuando violaciones a las leyes de Estados Unidos”, refrendó.
Al reunirse con integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores en la Cámara de Diputados, el funcionario expuso que las deportaciones lamentablemente implican separaciones familiares, ante lo cual, el gobierno mexicano está tratando de evitar que los inmigrantes sean expulsados del territorio estadounidense y si así sucede, que tengan el menor impacto posible.
De igual modo y sin impedir que las leyes de una nación extranjera apliquen, lo que la autoridad mexicana debe hacer es velar el cumplimiento irrestricto del debido proceso, sin importar la situación jurídica del ciudadano involucrado.
Para ello se pueden emitir memorándums de entendimiento y trabajar con organizaciones defensoras de derechos humanos. No obstante, nada se podrá hacer si los migrantes en proceso de deportación cometieron alguna falta o infringieron la ley estadounidense.
En cuanto a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, Sada Solano dejó en claro que ese proceso ni siquiera ha iniciado, y en cuanto ocurra, deberá llevarse a cabo de manera integral y gradual.
En ese tenor, dijo, todavía hay mucho por hacer, pues la revisión de fondo de ese instrumento comercial aún no inicia y deben plantearse una diversidad de elementos en la mesa, no solo los económicos.
“Es una negociación integral, ahorita no se está negociando nada, se están teniendo los contactos. No vamos a negociar la parte migratoria por otro lado, los tratados de las aguas en la zona limítrofe, de los escurrimientos. Quiere decir que es un paquete completo que se está integrando”, especificó.
“Puse ahí la Iniciativa Mérida deliberadamente, que es un mecanismo que se está ahí reevaluando y México ha dicho que si esto es un tema para cuestionar a México nosotros también lo quitamos de la mesa”, aseveró.
Añadió que México no tiene urgencia para que la revisión del TLC inicie, y para que ello ocurra, el Presidente Donald Trump primero debe solicitar la autorización al Congreso norteamericano.
Mientras eso sucede y se sigue trabajando para impedir que los inmigrantes sean deportados, la Cancillería impulsa el lanzamiento de una red “de redes”, a fin de enlazar a los más de 34 millones de personas de origen mexicano que radican en la Unión Americana.
De igual modo, manifestó que hay 2.8 millones de mexicanos que podrían nacionalizarse estadounidenses, en tanto que cumplen los requisitos legales para ello. El problema radica en que los connacionales son los que menos solicitan adquirir la nacionalidad norteamericana, pese a que ese es el único modo de garantizar su estancia en dicha nación.