La mexicana Guadalupe García de Rayos, deportada la semana pasada y ejemplo emblemático del endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, recomendó hoy a los migrantes ilegales en ese país “luchar por los sueños de sus hijos”.
Al volver a su ciudad natal de Acámbaro, Guanajuato, después de ser deportada la semana pasada de Estados Unidos, García dirigió un mensaje a los migrantes en el que les dijo que la vida no se acaba aunque regresen a México.
“Luchen por los sueños de sus hijos, que le echen ganas y que aún cuando vengan para acá, la vida no se acaba. Lo que tenemos es vida, que es lo importante. Dios quiere algo mejor para nosotros”, declaró García de Rayo a la prensa.
Después de 21 años en Estados Unidos, García, residente de Arizona, fue deportada el 8 de febrero al ser detenida cuando acudió al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Phoenix (Arizona) con la esperanza de que le dieran tiempo para seguir apelando su caso.
La mexicana cayó en 2008 en una de las redadas migratorias del entonces alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio, y estaba acusada por usar un número de seguridad social que pertenecía a otra persona para trabajar.
“Quiero descansar un par de semanas, para ver a mi familia, todavía no alcanzo a mirar a todos”, dijo García al diario Correo de Guanajuato durante un recorrido que hizo por Acámbaro, en el municipio del mismo nombre situado en el sur del estado.
Aunque dejó en Estados Unidos a sus hijos Ángel y Jacqueline García, de 16 y 14 años respectivamente, en Acámbaro, su ciudad natal, se ha encontrado una familia numerosa ansiosa por verla.
“Tengo muchos sobrinitos, a ellos les estoy dando todo el amor que no les estoy dando a mis hijos”, comentó.
García de Rayos señaló que todavía sufre el estrés de la deportación y señaló que ha hablado con mucha gente en los últimos días desde que fue deportada a Nogales, en el noroccidental estado de Sinaloa.
Aseguró que tiene claro que hay un gran número de personas e instituciones que quieren ayudarla pero apuntó que mientras decide en quien apoyarse para pelear por regresar a Estados Unidos, descansará en su ciudad natal.
“He tenido mucho apoyo, pero todavía no he agarrado el apoyo de México porque he estado muy estresada estos días”, dijo.
Aseguró estar tranquila porque sus hijos la visitarán en las próximas vacaciones, aunque después tengan que regresar a continuar sus estudios.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México calificó el caso de Guadalupe como “un símbolo de las nuevas prioridades migratorias de la Administración del presidente Donald Trump”.