El estudiante mexicano Daniel Reynoso Lesperance, quien fue detenido el 20 de diciembre pasado en Letonia tras un altercado con su ex casero, abandonó la prisión central de Riga el viernes pasado, después de 52 días de encierro.
Este domingo, Daniel, junto con su hermano Luis Alberto Reynoso Lesperance y su padre Luis Alberto, viajan de regreso a la Ciudad de México, donde arribarán en horas de la madrugada del lunes procedentes de París.
El jueves que lleva el caso consideró que el proceso judicial puede seguir con Daniel Reynoso en libertad condicional
Daniel, tras salir de la cárcel este viernes, se reencontró con su padre Luis Alberto Reynoso y hermano, quienes ansiosos lo abrazaron al cruzar las puertas del reclusorio.
Frente a ellos se encontraban la encargada de Negocios de la embajada de México en Suecia, Audrey Rivera Gómez, y el cónsul honorario en esa ciudad, Carlos Arredondo.
Las primeras palabras de Daniel Reynoso fueron de gratitud al canciller mexicano Luis Videgaray y a todo su equipo de trabajo.
“Supe que no estaba solo, que el canciller estaba atento a mi proceso y le expreso mi más sincero agradecimiento; cuando llegue a suelo mexicano solicitaré una entrevista para darle las gracias personalmente”, manifestó.
Daniel Reynoso está matriculado en la carrera de Ingeniería Mecánica Eléctrica en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Estado de México, y llegó a Riga como parte del programa de intercambio estudiantil.
En esta ciudad realizó estudios en la Universidad Técnica para el periodo de agosto a diciembre de 2016. Esperaba abandonar esta ciudad el 23 de diciembre pasado, tras concluir unos exámenes, pero fue detenido y encarcelado.
El padre de Daniel se encontraba muy emocionado y también externó palabras de agradecimiento al canciller Videgaray.
“Cuando uno se encuentra tan lejos de la patria la desesperación te invade, pero este apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores fue esencial, por ello le externo todo mi agradecimiento al Dr. Luis Videgary. Las acciones de la cancillería fueron fundamentales para lograr la liberación de mi hijo”, aseveró.
Agregó: “Mi hijo estaba totalmente incomunicado, no nos permitían ni siquiera hablar con él, la desesperación nos invadió, hablamos a medios de comunicación mexicanos, externamos nuestra preocupación”.
“Pero a la par la encargada de Negocios, Audrey Rivera, emprendía acciones constantes ante las autoridades letonas para lograr los accesos a Daniel, verificar su estado de salud, darle la asesoría legal correspondiente; fue entonces cuando la situación dio un giro completo y pudimos visitar a mi hijo”, indicó.
Abundó: “Agradezco el apoyo también del cónsul honorario, Carlos Arredondo. Tanto la encargada de Negocios como el cónsul honorario son personas con un gran sentido humano”.
Mientras caminaba el extenso pasillo que va de la prisión al estacionamiento, externó su reconocimiento al subsecretario de Relaciones Exteriores Carlos de Icaza y al director general de Protección de Mexicanos en el Exterior, Jacob Prado, “porque su apoyo fue crucial para lograr la liberación de mi hijo”.