Una riña en el interior de un vagón del convoy en la estación del Metro Romero Rubio, fue el móvil del balazo en la cabeza que sufrió un hombre la noche del jueves, aseguró el titular de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX), Edmundo Garrido Osorio, quien dio a conocer la detención del posible agresor.
En conferencia de prensa, explicó que el imputado fue detenido por delitos contra la salud en la modalidad de narcomenudeo en la delegación Gustavo A. Madero, por lo que fue remitido a la agencia del Ministerio Público correspondiente.
Señaló que mediante el trabajo de gabinete se determinó que el ahora imputado de 28 años, tiene antecedentes penales por robo calificado en 2011, por lo que estuvo interno en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente.
“Una vez reconocido el imputado por el testigo como quien provocó las lesiones a la víctima, la Procuraduría capitalina solicitará al juez de control la orden de aprehensión por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, a efecto de vincularlo a proceso”, aseveró.
#InformaPGJ Se aportarán las evidencias suficientes a un juez para que el hombre quien lesionó con arma de fuego a un pasajero del Metro en la estación Romero Rubio sea vinculado a proceso pic.twitter.com/gwESXNxqKC
— Procuraduría CDMX (@PGJDF_CDMX) 23 de diciembre de 2017
Sin aclarar el origen de la riña, el procurador mencionó que no se cuenta con el tipo y calibre del arma que utilizó el implicado, pero afirmó que el agraviado permanece grave en el hospital de Balbuena.
“La lesión que la víctima tiene es de clasificación de las que pone en peligro la vida, se encuentra en terapia intensiva en el hospital de Balbuena; sí está en riesgo, sí hubo daño cerebral, el proyectil entró, no tenemos ningún casquillo en el lugar de los hechos, estamos procesando la información por lo que no tenemos claro el tipo de calibre que se utilizó”, afirmó.
Dijo que el afectado ingresó con tres personas más y luego de sostener una riña con el ahora imputado, éste accionó el arma y escapó, al igual que el resto de los testigos, aunque uno de ellos declaró y aportó datos fehacientes del agresor como apodo y elementos para la realización del retrato hablado.
Añadió que del análisis de las videocámaras de seguridad no hay aspectos que se puedan rescatar y las del exterior no aclaran tampoco el hecho delictivo.