A causa del conflicto en los municipios de Chalchuihuitán y Chenalhó, Chiapas, cuatro menores han muerto de hambre y frío por el desplazamiento forzado y las autoridades federales y estatales han aplazado la solución por el inicio del proceso electoral, denunció el Semanario Católico Desde la Fe en su editorial de este domingo.
Al recordar que el sureste mexicano padece rezagos ancestrales que se recrudecen al acercarse las elecciones, señala desde su editorial que Chiapas es el caso más lamentable de pobreza, olvido y marginación polarizada por conflictos añejos.
El pasado 28 de noviembre el Consejo Presbiteral de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, encabezado por el obispo Emérito Felipe Arizmendi Esquivel, denunció las condiciones de “verdadero terror” que se vive en la zona de los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó, en donde cinco mil indígenas abandonaron sus viviendas para salvarse del acoso y ataques de los grupos armados que disputan sus tierras.
A pesar de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió recomendaciones a la Secretaría de Gobernación por la situación de los desplazados “ya cobraron la vida de cuatro niños que no deberían haber muerto de hambre y frío”, sin embargo, de acuerdo al Obispo Arizmendi Esquivel, el problema no ha tenido solución debido a lo que calificó como la ausencia del estado de derecho y fortalecida por los manejos de poderosos con oscuros intereses desmedidos.
Finalmente advirtió que la situación de agrava porque grupos ilegales están armad y aumentan sus amenazas, “este estado del sureste mexicano es un foco rojo encendido que requiere atención inmediata”, sin embargo agrega que la solución parece aplazarse debido al inicio del proceso electoral en donde se elegirá gobernador.