El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con una votación de apenas 262 votos a favor y una abstención, de 263 diputados presentes, cambios al paquete de reformas a distintas leyes en materia de combate a la violencia política de género.
Al pronunciarse, legisladoras de todos los partidos calificaron el ordenamiento que será reenviado al Senado de la República, como indispensable para garantizar el derecho de las mujeres a participar en política y a que su aporte se reconozca no sólo como amas de casa o madres de familia.
La diputada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de San Lázaro, Laura Plascencia, destacó que se especifica claramente qué tipo de conductas son violencia de género.
El documento que regresará como al Senado contempla reformas a las leyes de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; de Instituciones y Procedimientos Electorales; de Partidos Políticos; en Materia de Delitos Electorales y del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral.
Los ajustes definen y estipulan claramente las conductas que serán consideradas como violencia política por razón de género; se otorgan facultades al Instituto Nacional Electoral (INE) para formar parte del Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Puntualiza que los partidos políticos estarán obligados a garantizar los derechos político electorales de sus mujeres militantes.
Agrega que cualquier acto de violencia política contra las mujeres será considerado como “un agravante de delito electoral”.
Al hablar del tema, legisladoras de todas las bancadas celebraron la aprobación, al señalar que han sido víctimas de integrantes de otros partidos e incluso sus propios compañeros, de acoso y violencia sexual, verbal y emocional; no son tomadas en cuentas para las candidaturas; son obligadas a declinar; sus derechos no se cumplen por el hecho de ser mujeres.
Se estima, indicaron, que entre los años 2012 y 2016 se presentaron 156 casos de violencia política contra las mujeres y que van desde la presión a presidentas municipales, legisladoras y funcionarias de distintos cargos, para que renuncien y dejen sus puestos a los varones; o bien, a mantenerse en un puesto para ocupar un lugar que en un futuro se otorgará a otra persona.
Entre las oradoras, destacó la diputada de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Delfina Gómez, que al narrar parte de su experiencia en la contienda por el Estado de México, que se llevó a cabo en junio pasado, fue víctima de burlas, denostación, discriminación, señalamientos ofensivos y degradantes y del menosprecio de políticos y mujeres en la política, por ser de origen humilde, por ser maestra y por ser mujer.
Habló de que en la campaña, el propio candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alfredo del Mazo, y que a la postre asumió la gubernatura, la descalificó y discriminó al señalarla como una persona incapaz de gobernar.