Los sobrados elogios del canciller Luis Videgaray al titular de la Secretaría de Hacienda (SHCP), José Antonio Meade, prodigados en un acto realizado frente al cuerpo diplomático acreditado en México no pueden interpretarse como “ninguna clase de destape”, afirmó el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín.
“Yo no lo interpreto como ninguna clase de destape. El secretario presentó generosamente a todos los ponentes del evento que se realizó en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Independientemente de merecidos, creo que cualquiera de nosotros se los hubiera otorgado. Creo que el momento y cuando se hace una presentación es lo normal, insisto, no fue el único que recibió esos elogios”, atajó.
Al manifestar que es normal que en tiempos electorales, como los que vive el país, quienes se encargan de hacer lecturas políticas buscan interpretar todas las señales de alguna u otra manera, Ramírez Marín dijo que si las alabanzas del secretario Videgaray Caso hubiesen sido más escasas, “se hubiera interpretado al revés”.
Respecto a si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se está tardando para elegir a su abanderado presidencial, indicó que a diferencia del Frente Ciudadano por México, que no se ha consolidado, el tricolor tiene los mejores prospectos para el 2018.
“Creo que estamos mejor que todos, tenemos mejores cartas”, reiteró visiblemente convencido.
“Creo que estamos mejor que todos. En primer lugar, tenemos mejores cartas, mucho mejores, comparados hombre con hombre, sin lugar a dudas. Las cartas que tiene el PRI son mucho mejores. En segundo lugar, nosotros dependemos de nosotros, es una definición exclusivamente del partido. Anaya tiene que ver qué va a hacer con Mancera y Mancera tiene que ver qué va a hacer con Anaya. El PRD tiene que definir qué va a hacer con el PAN y el PAN si finalmente va a hacer algo con el PRD”, criticó.
El legislador por Yucatán también reconoció que aspira a gobernar esa entidad, pero, como en los partidos de béisbol, deporte al que es aficionado, él forma parte de un equipo y mientras no lo “manden a la banca” o no lo bateen de “home run”, el seguirá manteniendo un pie dentro del terreno de juego.