Los migrantes víctimas de mutilación por caída del tren en su intento por lograr el “sueño americano”, se convirtieron en pieza invisible para las autoridades de sus países de origen y en especial para los Estados Unidos, donde el desamparo y la indiferencia, es imperativo en la era Trump.
El endurecimiento de la política antiinmigrante en la unión americana, generó el peor de los climas para aquellos que perdieron algún miembro de su cuerpo. Desaparecieron atenciones médicas, se propagaron los arrestos y las deportaciones…los derechos humanos se volvieron inexistentes para ese sector.
De acuerdo con la Asociación Migrantes Retornados con Discapacidad, en los últimos cinco años más de 700 hondureños perdieron algún miembro de su cuerpo al resbalar o en su fallido intento por subir al tren comúnmente conocido como “La Bestia”.
José Luis, integrante de dicha organización civil, radicado desde hace ocho años en Los Ángeles, California, explicó que la pesadilla para los migrantes comienza al pisar suelo mexicano.
“La pesadilla del centroamericano es cruzar Chiapas, Oaxaca, ahí ya vienen muy cansados porque han recorrido días, han caminado días, rodeando garitas, aguantando hambre, cansancio, la debilidad, el sueño, eso es lo que hace que se caigan de ese tren y que sufran mutilaciones; en mi caso fue en Delicias, Chihuahua, donde me desmayé y me caí de un tren, pero la mayoría se centran en el área del DF, del estado de México hacia Chiapas”, detalló.
Las terribles caídas del tren no son lo peor; la muerte y desaparición en su paso por México o en zonas áridas o desiertos de Estados Unidos, se convierten en el peor martirio para sus familias e incluso de connacionales.
“Existen 4 mil personas desaparecidas sólo hondureños, en un lapso de 30 años, es algo terrible, son familias que siguen con la esperanza de encontrar a su ser querido desaparecido, pero la realidad es que ya no existen ni los huesos en ese desierto o ya están enterrados en una fosa común en México y lo peor es la actual política de Donald Trump (…) siguen viniendo en tren con la esperanza de llegar a los Estados Unidos y es un problema que si no se termina desde la raíz esto no va a parar”, afirmó.
Al igual que José Luis, quien sufrió la amputación de sus dos piernas un brazo y la mano izquierda, los migrantes no quedan siempre en desamparo. En el estado de México los rescatistas aéreos han dado muestra de la vocación humana para atender este tipo de pacientes.
Víctor Figueroa, paramédico con 18 años de experiencia en los helicópteros del grupo Relámpagos, detalla las acciones que emprenden para la atención personas mutiladas por el tren.
“Llegamos les brindamos atención médica, manejamos una estabilización de su función neurocardiorespiratoria y nos enfocamos propiamente a la lesión traumática de sus extremidades; tenemos que darle un manejo especializado a la extremidad porque nuestro objetivo es salvarle la vida a estas personas pero también darle un manejo especial a la extremidad amputada para que sea viable su reconstrucción, su injerto con el personal médico especializado”, detalló.
Sin ser autoridad, pero que también muestra preocupación y atiende a niños, adolescentes o adultos, es la Casa del Migrante de ciudad Juárez, Chihuahua.
Ivonne López de Lara, trabajadora social e integrante de dicha organización, explicó que también los centroamericanos discapacitados, siguen siendo presa de acoso por autoridades policiales, grupos del crimen organizado y están inmersos en un ambiente de discriminación.
Pese a esas adversidades, la voluntad de brindarles apoyo sigue en firme.
“Ellos reciben sus tres comidas, reciben ropa cuando llegan, ropa interior un cambio diario, si no traen tenis se les otorgan, atención médica no la tenemos aquí pero la buscamos.
“Lo más triste es lo que mismas autoridades mexicana, policías municipales, estatales y federales hay veces que han violado derechos de ellos mismos pidiéndoles cuotas, ellos andan en las calles y les piden dinero para poder andar aquí, sabiendo que aun siendo centroamericanos ellos pueden andar aquí en el país sin ningún problema”, precisó.
Amigos del Tren, otra organización de apoyo a migrantes expuso en voz de un centroamericano la enorme dificultad y el riesgo que implica viajar cientos y cientos de kilómetros en la denominada “bestia”, para intentar llegar a la frontera norte de de nuestro país.
“Es un mensaje para todos mis paisanos, para todos aquellos que deciden salir de su tierra, nosotros somos salvadoreños, hondureños, va un compañero mexicano también; no como lo cuentan, esto es algo un poco duro, es real, no es un juego, esta máquina le ha quitado la vida a muchas personas o sea que si no cuentan con el dinero suficiente hermano, no salgas de tu tierra no es fácil, es muy difícil, sólo Dios que está en el cielo nos viene cuidando en este camino”, puntualizó.
@amarilloalarcon