Está tarde, frente a la representación del estado de Guerrero, la activista Yndira Sandoval emitió un largo mensaje frente a unas 50 aliadas entre maestras disidentes, feministas, colectivos universitarios y comunidad de la diversidad sexual.
“A mí me violó la impunidad con la que se conducen las instituciones policiacas. Me criminalizó la sociedad, pero ninguna persona, bajo ninguna circunstancia y estando en las condiciones en las que esté merece que la violen, que la torturen, que la detengan con uso excesivo de la fuerza y que la expongan al escarnio público. Me han llamado mentirosa, borracha, incongruente y aquí estoy, dando la cara; nadie me va a quitar la dignidad ni la vocación de defender los derechos de las personas”, dijo la activista.
Acusar de presunta violación a una mujer policía de Tlapa de Comonfort “sabía que le iba a pegar no a mí, sino al movimiento feminista que hoy se encuentra dividido preguntándose a qué mujer defender; yo no voy a claudicar en seguir defendiendo a todas las mujeres, incluso a las mujeres policías, pero esto es otro tema”, agregó Sandoval.
“Aquí se les ha olvidado que la víctima soy yo”, reclamó entre lágrimas y en medio de las arengas de sus aliados “no estás sola, no estás sola”, le decían.
“Exijo justicia con perspectiva de género y de derechos humanos, castigó a los culpables y que garanticen mi integridad física. Exijo que mi caso sea atraído por la Procuraduría General de la República y un debido proceso con toda la diligencia.
También Sandoval señaló que ya goza de medidas cautelares “de protección, pero invasivas porque me han quitado la calma”, desde un botón de emergencia, escoltas, monitoreo, georegerenciación.