El Semanario Desde la Fe, ha dedicado esta semana su editorial “PGR, la decepcionante historia” ha criticar la “historia tan oscura” de la Procuraduría General de la República, la renuncia del titular Raúl Cervantes sin mencionar su nombre y asegura que el Fiscal General tendrá encima una pesada loza que no podrá sacudirse.
El órgano de difusión católica refiere que la renuncia del que fuera el titular de la PGR -de quien nunca menciona su nombre- “es resultado de infortunadas componendas, de estires y aflojes, de fobias y resistencias, de aspiraciones y bajezas”.
Asegura que la PGR tenía en un tiempo el objetivo de ser el principal órgano consejero jurídico de la nación, sin embargo, mientras la vida política del país se ampliaba haciéndose cada vez más compleja, la Procuraduría pasó a ser una institución con la más baja tasa de confiabilidad entre la ciudadanía.
“Este sexenio va por el cuartel Procurador, solamente superado por el del expresidente Carlos Salinas de Gortari”. El Semanario católico continúa: “Llegó un momento de su historia en que mencionar el nombre del procurador era sinónimo de miedo y terror para los enemigos del régimen, pero también ese mismo nombre asoció los extremos del tráfico de influenciad, clientelismo y apoltronamiento de funcionarios”.
Y para muestra continúa que el ahora ex procurador fue ligado con la protección de intereses ilícitos, y hasta su reputación cayó cuando el vehículo de lujo de su propiedad fue emplacado bajo registro en domicilios fantasmas para evadir la ley.
“La Fiscalía General de la Nación nace en el momento donde la ciudadanía requiere de justicia expedita, equidad incontrovertible y de un titular intocable por la corrupción, garante de los intereses de la nación. Entre las ruinas de la PGR están sepultados los procuradores que se valieron del miedo y la intimidación, de los fraudes y mentiras, del fastidio y cansancio, de fugas y simulación, de incapacidad y prepotencia”.
El Semanario de la Fe sentencia que lo peor que pudo pasar es haber asociado al titular de la PGR “a la íntima relación, casi hermanos, con el superior, el Presidente de la República”.
Concluye que el Fiscal General tendrá encima una pesada loza que no será fácil sacudirse; sobre él pesará la historia más oscura y decepcionante que haya tenido cualquier institución de la Administración Pública Federal.