El magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) José Luis Vargas Valdez señaló que en los últimos años se ha llegado a un esquema de litigiosidad en el que se ha perdido de vista que los comicios se tienen que ganar en las urnas y no en las mesas de los tribunales.
Al participar en la sesión “Legitimidad democrática después de las elecciones”, en el VIII Foro de la Democracia Latinoamericana. Desafíos de las elecciones en tiempos de cambio: Un panorama Latinoamericano, indicó que será responsabilidad de la ciudadanía, partidos políticos y autoridades, lograr la legitimidad democrática después de la elección de 2018.
Vargas Valdez reconoció que esta elección será “la más compleja y competida que ha tenido la historia de este país”, en la que se elegirán más de tres mil cargos de elección y, de acuerdo con la proyección que ha hecho la Sala Superior “tendremos del orden de 50 mil asuntos que resolver, es decir, 50 mil juicios que atender, por el número de elecciones y de participantes en el proceso”.
Para 2018, abundó, “el reto será que todos tengamos la capacidad de aceptar los resultados y la voluntad popular”.
Ante tal escenario, el magistrado de la Sala Superior aclaró que “independientemente de las pugnas políticas, el tribunal electoral tiene que hacer valer la Constitución y la ley, además de conciliar intereses con todas las partes”.
“No podemos perder de vista que, si bien somos un tribunal constitucional en materia electoral y tenemos un carácter jurisdiccional en nuestra función sustantiva, con lo que lidiamos, día con día, es con cuestiones que tienen que ver con la gobernabilidad democrática”.
Respecto a la labor de las autoridades electorales, el magistrado Vargas Valdez indicó que ésta tiene que centrarse en la función de un árbitro imparcial, que se apega a las reglas del juego, y eso exige un conocimiento de que no importa quién tenga la preferencia de la ciudadanía.
“Nuestra obligación es respetar el triunfo y hacer valer esa voluntad popular y, por supuesto, que eso se traduzca en una transición pacífica de poderes y autoridades”.
En este sentido, el trabajo del tribunal electoral se centra en emitir sentencias claras y objetivas, debidamente fundadas y motivadas; que puedan ser entendidas por todos, subrayó.
Vargas Valdés reconoció la labor que hacen los institutos Nacional Electoral (INE) y los locales, y agregó que es un trabajo apegado a la legalidad, al profesionalismo y que cumple con los máximos estándares democráticos para respetar la voluntad popular.