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Una nueva forma de dopaje en atletas podría ser encubierto gracias a los avances en terapia génica, alertó Francisco José Berral de la Rosa, catedrático de la Universidad Pablo de Olalde, Sevilla, España, durante su participación en la XIV Clínica de Actualización Deportiva, organizada por la Dirección de Desarrollo y Fomento Deportivo y la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Al dictar la conferencia magistral Drogas, Genética y Deporte, el docente español destacó que ingerir fármacos para mejorar el rendimiento físico de los deportistas de mediano y alto rendimiento existe desde hace mucho tiempo, pero los científicos han encontrado la manera de detectarlo para su control, sin embargo, con la nueva técnica biotecnológica en la que se inyecta un gen dentro del cuerpo para alterar el ADN de células somáticas (músculos y sangre), será imposible hacerlo.
“No va a existir laboratorio en el mundo que sea capaz de detectar si un deportista está o no dopado genéticamente, solamente en el hipotético caso de realizar una biopsia muscular, podríamos analizar y empezar a estudiar las características morfológicas de esas células comparándolas con otras unidades musculares del mismo individuo”, resaltó.
El experto en medicina del deporte explicó que actualmente la terapia génica se emplea para combatir enfermedades crónicas al introducir un gen en el cuerpo para desencadenar procesos como la muerte de una célula tumoral o el estímulo de las defensas del organismo en una persona con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Ante el inminente peligro que amenaza la integridad de los deportistas de élite, algunos países europeos ya prohibieron el uso de elementos o expresiones genéticas que tengan como propósito incrementar el rendimiento deportivo, reveló el también especialista universitario en criminología y acupuntura.
Berral de la Rosa consideró que aunque la misión de los médicos y entrenadores es preservar la salud de los deportistas, se sabe que actualmente la industria del dopaje “mueve más de 7.5 millones de euros al año y lógicamente lo que hacen es poner la vista en el doping genético para seguir mejorando los ingresos económicos y la movilización de la cantidad de dinero que las grandes farmacéuticas experimentan al vender los genes para batir los récords”.
Un deportista de élite vive situaciones de enorme estrés ante los avatares de su actividad física y tiene permitido recurrir a las llamadas ayudas ergogénicas, que son fármacos o alimentos que le ayudan a mejorar su rendimiento; sin embargo, con estos nuevos descubrimientos, tendrán en sus manos la responsabilidad de velar por su propia salud o convertirse en mutantes genéticos, finalizó.