Doblegado por una dura vida en prisión, Joaquín “El Chapo” Guzmán terminará en una cárcel de Estados Unidos su historia como el capo mexicano más temido, el “señor de los túneles”, por los conductos que usaba para trasladar droga a ese país, y protagonista de espectaculares fugas de prisión.
Cuando fue recapturado el 8 de enero de 2016 cambiaron sus condiciones de reclusión, con una dura vigilancia, al extremo de que las autoridades llegaron entrenar perros para que detectaran su olor.
Antes de ser extraditado a Estados Unidos, el Chapo fue trasladado a la prisión de Ciudad Juárez, en la frontera con ese país, en condiciones que le llevaron a decir que sentía que la muerte estaba cerca y desde donde vio agotarse los tiempos del juicio de extradición que finalmente perdió.
Sus fugas del penal de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001, y de la prisión del Altiplano en julio de 2015, por un túnel de 1,5 kilómetros, alimentaron su leyenda como el “señor de los túneles”, que ya usaba desde años atrás para traficar drogas al país vecino.
Evadió a la justicia 13 años desde su primera fuga hasta que fue recapturado el 22 de febrero de 2014 para volver al Altiplano, de donde se fugó 16 meses después, apenas el tiempo que tal vez les tomó a sus hombres construir el túnel que terminaba directamente en su celda.
Desde su segunda fuga, el Chapo llegó a encontrarse con el actor estadounidense Sean Penn, a quien dio una entrevista, y la actriz mexicana Kate del Castillo, a quien supuestamente le autorizó llevar su vida al cine.
Guzmán nació el 4 de abril de 1957, en Sinaloa, un lugar del que salieron muchos líderes del narcotráfico y de la delincuencia organizada en México.
Comenzó su carrera en la década de 1980, en la época de capos de la envergadura de Rafael Caro Quintero, prófugo e inactivo, y el fallecido Amado Carrillo Fuentes, alias “el Señor de los Cielos”.
Fue lugarteniente de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, y pionero en el transporte de cocaína y marihuana en grandes aviones Boeing desde Colombia a Estados Unidos, que regresaban cargados de millones de dólares en billetes pequeños.
La captura en 1989 de Félix Gallardo provocó la división del cártel de Guadalajara y llevó a Guzmán a fundar el de Sinaloa, con el que se consolidó como máximo líder del narcotráfico en México.
Ya con el control en sus manos, la organización del Chapo comenzó a utilizar túneles para llevar a Estados Unidos la droga que provenía de los cárteles de Cali y Medellín (Colombia).
Se le escurrió a las autoridades en junio de 1991 cuando logró zafarse de una captura en Ciudad de México gracias a un soborno de 100.000 dólares al entonces jefe de la policía de la capital, Santiago Tapia Aceves, quien fue a prisión por ese episodio.
Su guerra con el cártel de Tijuana, de los hermanos Ramón y Benjamín Arellano Félix, tuvo su momento más crítico en 1993, cuando el cardenal mexicano Juan Jesús Posadas fue asesinado a tiros en el aeropuerto de Guadalajara por unos sicarios que lo confundieron con el Chapo.
Este incidente desató una persecución que terminó con su captura en Guatemala, que lo entregó a México, donde fue condenado a 12 años de prisión por un delito de cohecho.
Su condena comenzó en el penal del Altiplano, pero en 1995 fue trasladado al de Puente Grande, a las afueras de Guadalajara, del que escapó en enero de 2001 en un carrito de lavandería.
El Gobierno estadounidense llegó a ofrecer cinco millones de dólares por informes para su captura y el mexicano 30 millones de pesos (unos 2,3 millones de dólares, al cambio de entonces).
A raíz de la muerte del terrorista Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, Guzmán encabezaba en 2011 la lista de los 10 fugitivos más buscados que la revista estadounidense Forbes elabora desde 2008 a partir de información de distintas agencias de seguridad de EE.UU.
La misma publicación lo clasificaba entre los hombres más adinerados del mundo, con una fortuna de más de mil millones de dólares.