El 11 de septiembre de 2001 marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos con los atentados más mortales registrados en su territorio.
Ese día, la Casa Blanca enfrentó momentos de incertidumbre y tensión mientras las Torres Gemelas eran atacadas y un avión se estrellaba contra el Pentágono.
¿Quién era el presidente en 2001?
Al momento de los ataques, el presidente de Estados Unidos era George W. Bush, quien había asumido la presidencia apenas en enero de ese mismo año. Bush se encontraba en Florida visitando una escuela primaria cuando fue informado del impacto del primer avión en Nueva York.
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Minutos más tarde, su jefe de gabinete le comunicó el segundo choque, confirmando que se trataba de un ataque terrorista. Las imágenes del presidente permaneciendo en el aula, intentando mantener la calma frente a los niños, dieron la vuelta al mundo.
¿Cómo reaccionó el gobierno tras los ataques?
Bush fue trasladado rápidamente a una base aérea en Luisiana y posteriormente a otra en Nebraska para garantizar su seguridad. Desde esos sitios, se mantuvo en contacto con su equipo de seguridad nacional y con el vicepresidente Dick Cheney, quien permaneció en un búnker subterráneo de la Casa Blanca.
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Los atentados provocaron la activación inmediata del Servicio Secreto, la evacuación de edificios federales y el cierre del espacio aéreo estadounidense, una medida inédita hasta entonces.
Ese mismo día, la primera dama Laura Bush también fue evacuada de la Casa Blanca por motivos de seguridad. Funcionarios del gabinete y personal de alto nivel siguieron de cerca la evolución de los ataques y coordinaron las primeras medidas de respuesta.
Por la noche, Bush regresó a Washington y desde el Despacho Oval dirigió un mensaje televisado a toda la nación. Con gesto solemne, calificó los hechos como “ataques deliberados y mortales contra nuestra libertad” y prometió que Estados Unidos no descansaría hasta encontrar y castigar a los responsables.
Los atentados del 11 de septiembre dejaron al presidente George W. Bush al frente de la Casa Blanca en medio de la mayor crisis de seguridad que enfrentó Estados Unidos en su historia reciente.
