El Mar Caribe se ha convertido en el epicentro de una crisis de seguridad internacional. Estados Unidos ha desplegado un impresionante operativo militar frente a las costas de Venezuela, incluyendo destructores, submarinos y miles de efectivos, en una arriesgada estrategia para combatir el narcotráfico.
Esta movilización, sin embargo, ha desatado una tormenta diplomática, con líderes regionales denunciando una violación de la soberanía y advirtiendo sobre el riesgo de una escalada conflictiva.
Los componentes del operativo militar estadounidense
El despliegue, descrito como una "demostración de fuerza", es uno de los más significativos en la región en años recientes. Según información confirmada por funcionarios de Defensa, incluye:
Te podría interesar
- Tres destructores lanzamisiles: El USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson, equipados con el sistema de defensa Aegis, diseñado para rastrear y neutralizar múltiples amenazas aéreas o marítimas de forma simultánea.
- Un submarino de ataque de propulsión nuclear: No especificado, pero con capacidades de vigilancia y ataque.
- Aviones de reconocimiento P-8 Poseidon: Utilizados para vigilancia marítima extensiva y seguimiento de objetivos.
- 4 mil infantes de Marina y marineros: Desplegados como parte del Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG) y la 22.ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU) bajo el Comando Sur de EU.
El enfoque de la administración Trump y la justificación
La estrategia de la administración Trump representa un giro significativo en la política antidrogas, transitando de esfuerzos liderados por agencias como la DEA hacia un enfoque abiertamente militar.
Un memorándum del secretario de Defensa, Pete Hegseth, estableció como "prioridad principal" del ejército defender el territorio nacional, lo que incluye "sellar las fronteras, repeler cualquier forma de invasión, incluida la migración masiva ilegal, el tráfico de drogas... y otras actividades delictivas".
Te podría interesar
El gobierno estadounidense ha justificado el operativo argumentando que los cárteles latinoamericanos, a los que designó como organizaciones terroristas extranjeras en febrero, representan una amenaza a la seguridad nacional.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue contundente: "El régimen de Maduro no es el gobierno legítimo de Venezuela. Es un cartel del narcotráfico... Maduro no es un presidente legítimo. Es un líder fugitivo de este cartel".
Reacciones internacionales y denuncias de Intervencionismo
La movilización militar ha provocado un rechazo unánime y contundente en la región, con líderes denunciando una violación de la soberanía y un peligroso escalamiento.
Venezuela: El presidente Nicolás Maduro respondió con la movilización de 4,5 millones de milicianos en todo el país, fuerzas creadas por Hugo Chávez para defensa popular. Calificó las acciones de EU como una locura del "imperio" que renueva sus amenazas contra la paz venezolana.
El canciller Yvan Gil, en un comunicado, afirmó que las acusaciones revelan la "falta de credibilidad y el fracaso de sus políticas en la región" y que ponen en riesgo la estabilidad de toda la zona.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió el principio de no intervención con firmeza: "No al intervencionismo. Eso no solamente es convicción, sino que está en la Constitución".
El canciller cubano, Bruno Rodríguez exhortó a respetar a América Latina y el Caribe como "zona de paz".
En Colombia, el presidente Gustavo Petro alertó que grupos armados como el ELN esperan una invasión de EU para "adueñarse de más riquezas ilícitas", similar a lo ocurrido en Libia o Irak.
Mientras tanto, así se ve despliegue militar de EU sobre el mar Caribe, el cual, según EU busca frenar narcotráfico en Venezuela, una acción que tiene a Latinoamérica en incertidumbre.
