Sean “Diddy” Combs, ícono del hip-hop y empresario de la industria musical, fue declarado culpable este miércoles 2 de julio por delitos relacionados con prostitución, aunque fue absuelto de los cargos más graves que enfrentaba, incluidos conspiración de crimen organizado y tráfico sexual.
El veredicto fue emitido por un jurado federal en Manhattan tras siete semanas de juicio, donde dos exparejas del artista, la cantante Cassie Ventura y una mujer identificada como Jane, testificaron sobre abusos físicos, amenazas y coerción sexual.
El productor de 55 años, conocido por impulsar carreras como la de Notorious B.I.G., se declaró no culpable de los cinco cargos iniciales.
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¿Qué eran los llamados “Freak Offs” y por qué se volvieron clave en el juicio?
Según los fiscales, Combs utilizaba su influencia y fortuna para forzar a sus parejas a participar en encuentros sexuales prolongados con otros hombres, en habitaciones de hotel, mientras él observaba, grababa y en ocasiones participaba.
Estos encuentros, conocidos como “Freak Offs”, eran orquestados bajo presión, y en algunos casos, se pagaba a los hombres involucrados, lo que los fiscales argumentaron constituía tráfico sexual.
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Durante los cateos, las autoridades encontraron drogas y hasta mil botellas de aceite y lubricante en las residencias del artista. Las víctimas relataron amenazas, chantajes y manipulación emocional como mecanismos de control. Una de ellas aseguró que Combs la forzó a tener sexo oral con otro hombre, incluso tras haberla golpeado.
La defensa argumentó que todas las relaciones sexuales fueron consensuadas y que las denunciantes actuaban por celos o resentimiento. También señalaron que, si bien hubo violencia doméstica, no existió tráfico sexual.
Con este fallo, Sean “Diddy” Combs queda marcado por uno de los juicios más mediáticos del año, en un proceso que expuso no solo su vida personal, sino los excesos y abusos de poder dentro de su círculo más cercano.
