Finalmente, las familias de cinco bebés que fueron asesinados en un hospital de Córdoba, Argentina, han encontrado justicia. Brenda Agüero, la enfermera acusada de administrar dosis letales de insulina y potasio a los neonatos, recibió su sentencia.
Los crímenes, cometidos entre marzo y junio de 2022 en el Hospital Neonatal Ramón Carrillo, dejaron un saldo trágico: cinco recién nacidos fallecidos y otros ocho al borde de la muerte.
Así cometió los crímenes Brenda Agüero
Si bien, inicialmente, las primeras muertes fueron catalogadas como casos de muerte súbita. Tras el segundo incidente, las sospechas comenzaron a surgir. Fue gracias a la valentía de dos neonatólogas, quienes alertaron a la Justicia, que se logró descubrir un patrón perturbador detrás de estas muertes.
Te podría interesar
Los neonatos afectados, identificados como Francisco, Benjamín, Ibrahim, Angeline y Melody, nacieron saludables y sin complicaciones médicas.
Sin embargo, horas después, fallecieron súbitamente. Las autopsias de Angeline y Melody, realizadas tras una denuncia de dos enfermeras, confirmaron la presencia de hiperpotasemia, un exceso fatal de potasio en sangre. No hubo errores en los protocolos hospitalarios ni ampollas mal etiquetadas, lo que apuntó a una intervención deliberada.
Te podría interesar
La fiscalía, encabezada por Raúl Garzón, concluyó que Agüero seleccionaba a bebés sanos, quienes recibían menos controles médicos que los recién nacidos en condiciones críticas. La enfermera, con acceso pleno a medicamentos y neonatos, utilizaba pretextos para llevárselos y administrar las sustancias tóxicas.
Las madres de los neonatos declararon que la enfermera se llevaba a sus hijos poco después de nacer, y horas más tarde se les informaba sobre sus muertes. Además, los registros hospitalarios confirmaron que la enfermera estuvo presente en todos los casos investigados.
El juicio y condena para enfermera
Tras deliberar durante diez horas, el jurado condenó a Brenda Agüero, quien habría sido detenida en el 2023, a cadena perpetua por los homicidios de cinco bebés y los intentos de asesinato de otros ocho. Dos de los neonatos que sobrevivieron presentan secuelas permanentes debido a las sustancias administradas.
Asimismo, otros funcionarios del hospital, incluida la exdirectora Liliana Asís, fueron condenados a penas de entre cuatro y cinco años por encubrimiento.
El caso de Brenda Agüero, la enfermera que asesinó a cinco bebés con insulina y potasio, pone de manifiesto la importancia de garantizar controles estrictos en los sistemas de salud y justicia para prevenir atrocidades como estas. La sentencia es un alivio parcial para las familias afectadas, quienes esperan que este tipo de crímenes no se repitan jamás.
