Cuatro organizaciones ambientales demandaron el pasado 21 de mayo al Gobierno del presidente Donald Trump en Estados Unidos, para alertar que peligran las ballenas rorcual de Rice y las tortugas lora, endémicas del Golfo de México, por la autorización de la Administración a la extracción de petróleo y gas.
La demanda fue presentada este miércoles por Earthjustice, en representación del Sierra Club, el Centro para la Diversidad Biológica, Amigos de la Tierra y la Red de Restauración de Turtle Island. El blanco principal es el Servicio Nacional de Pesca Marina de EE.UU., acusado de emitir un dictamen "inadecuado" que permite “un daño asombroso a las especies del Golfo”, según denuncian.
"Un obsequio a las grandes petroleras"
La indignación no se hizo esperar entre los grupos ambientalistas, quienes consideran que la decisión de la administración republicana es un retroceso peligroso en materia de conservación.
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“La última opinión biológica de la Administración Trump es un nuevo obsequio para que las grandes petroleras destruyan el Golfo de México y erradiquen el rorcual de Rice, en grave peligro de extinción”, denunció Hallie Templeton, directora legal de Amigos de la Tierra.
Aunque el Departamento del Interior tiene facultades para arrendar zonas del Golfo para la extracción de petróleo y gas, el Servicio de Pesca está obligado por ley a evaluar los riesgos que estas actividades representan para las especies protegidas. Sin embargo, según los demandantes, el dictamen que sustenta esta autorización ya había sido invalidado por un tribunal federal, por lo que debió haberse elaborado uno nuevo.
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El rorcual de Rice: menos de 100 ejemplares
La situación del rorcual de Rice es crítica: se estima que quedan menos de 100 individuos de esta especie en todo el planeta, todos ellos en el Golfo de México. Earthjustice subraya que esta región también es hogar de cinco de las siete especies de tortugas marinas existentes: bobas, laúd, carey, lora y verdes.
La permisividad del gobierno anterior con las actividades extractivas podría representar una sentencia de muerte para estas criaturas. Según datos del mismo dictamen cuestionado, las colisiones con embarcaciones podrían matar a nueve ballenas de Rice y herir a tres más en los próximos 45 años.
Y no solo ellas: cientos de tortugas marinas morirán o serán gravemente afectadas cada año por colisiones, explosiones submarinas, desechos y potenciales derrames de petróleo.
Las organizaciones advierten que, de no revertirse estas decisiones, el futuro de la biodiversidad marina en el Golfo está sellado.
“Las ballenas y tortugas marinas en peligro de extinción del Golfo no sobrevivirán al ataque de la Administración Trump a nuestras leyes ambientales si no lo detenemos”, sentenció Joanie Steinhaus, directora de Océanos de la Red de Restauración de Turtle Island.
