El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco se celebrará el próximo 7 de mayo y ya hay nombres que comienzan a sonar con fuerza en redes sociales. Uno de ellos es Luis Antonio Tagle, el cardenal filipino que se ha convertido en el favorito de los jóvenes.
Tagle fue ordenado sacerdote en 1982 y nombrado arzobispo de Manila en 2011. Al año siguiente, en 2012, fue elevado a cardenal por el papa Benedicto XVI.
Desde entonces, su popularidad ha ido creciendo, tanto en su país natal como a nivel internacional, especialmente entre las nuevas generaciones de católicos.
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¿Por qué es el favorito de los jóvenes?
A diferencia de otros papables, Luis Antonio Tagle ha sabido conectar con los fieles jóvenes a través de las redes sociales.
Su perfil verificado en Facebook cuenta con más de 636 mil seguidores, donde continúa compartiendo mensajes espirituales, reflexiones y contenido que recuerda el legado del papa Francisco.
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En X, suma más de 39 mil seguidores, y aunque no tiene cuenta oficial en TikTok, en esa plataforma abundan videos virales donde aparece cantando, bailando o hablando con sencillez.
Uno de los clips más famosos muestra al cardenal entonando la canción “Imagine”, mientras sonríe e interactúa con los asistentes a una celebración.
Estas expresiones cercanas lo han convertido en una figura admirada por los jóvenes, que ven en él a un líder humano, empático y auténtico.
Cercanía y humildad como sello personal
Más allá del entorno digital, Tagle también era popular en Filipinas por su trato cercano con los fieles: conversaba con ellos después de misa y solía invitar a personas sin hogar a cenar en su propia casa.
Ya en Roma, su adaptación al estilo vaticano no fue sencilla: él mismo contaba cómo una vez olvidó colocarse el alzacuello clerical en una reunión formal, o cómo hacía “sufrir a los italianos” por su pronunciación cuando intentaba hablar en su idioma.
Su sencillez, espontaneidad y apertura a las nuevas plataformas han hecho que Luis Antonio Tagle sea visto como el favorito de los jóvenes en redes para convertirse en el próximo papa.