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Pepe Mujica: así es el humilde hogar donde vivía | FOTOS

Desde ese rincón del campo, construyó un estilo de vida que inspira al mundo por su sencillez.

Allí vive con su esposa, Lucía Topolansky, también exvicepresidenta del país.
Allí vive con su esposa, Lucía Topolansky, también exvicepresidenta del país.Créditos: Canva / EFE
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A pesar de haber sido presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica seguía viviendo en la misma casa que habitaba antes de llegar al poder. Su residencia, lejos de los lujos y la seguridad de los palacios oficiales, es una pequeña granja ubicada en Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo.

Desde ese rincón del campo, Mujica construyó un estilo de vida que ha inspirado al mundo por su coherencia, austeridad y sencillez. Esta vivienda ha sido el centro de su vida durante décadas.

Allí vivía con su esposa, Lucía Topolansky, también exvicepresidenta del país, y allí ha pasado los años después de dejar la presidencia en 2015. Incluso durante su mandato, se negó a mudarse a la residencia oficial y prefirió seguir despertando con el canto de los pájaros y cultivando flores en su terreno.

Pepe Mujica en su casa. Créditos: EFE.

¿Cómo es la casa de Pepe Mujica?

La granja de Mujica es una construcción sencilla, sin lujos ni comodidades modernas, pero cargada de simbolismo. En el predio hay árboles, tierra cultivada, herramientas de trabajo y una vida rural que refleja su filosofía de “tener menos para vivir más”.

El expresidente ha sido fotografiado en múltiples ocasiones realizando tareas cotidianas: barriendo, cargando leña, regando plantas o cuidando a sus perros, entre ellos la recordada perrita Manuela, de tres patas, que se convirtió en uno de los íconos de su vida pública.

Durante su gestión, donó hasta el 90 por ciento de su salario presidencial a programas sociales, reafirmando su convicción de que el poder debe ejercerse con empatía y responsabilidad. En entrevistas ha dicho: “No soy pobre, tengo pocas cosas, pero suficientes. Soy sobrio, no austero”.

Hasta su muerte, a sus 89 años, su hogar seguía siendo más que una casa: es una declaración política. En ese espacio de paredes sin pintura y con piso de tierra se gestaron muchas de sus ideas, discursos y decisiones.

Las imágenes de su humilde vivienda recuerdan que el legado de Pepe Mujica también se construyó con ladrillos de autenticidad.