Cuando fue elegido papa en 2013, Francisco tuvo que decidir en qué lugar del Vaticano viviría. Aunque visitó el Palacio Apostólico, la tradicional residencia de los pontífices, eligió no quedarse ahí. En su lugar, optó por Casa Santa Marta, un edificio mucho más discreto y funcional, donde residió durante los doce años de su pontificado.
“Esto es para mí”, afirmó entonces. En entrevistas posteriores explicó que su decisión fue por "motivos psiquiátricos", ya que la estructura del Palacio Apostólico, aunque no lujosa, le parecía demasiado aislada y poco humana: “Es como un embudo, pero al revés. Entra el que tiene permiso para entrar, entonces caes en manos de los colaboradores, pierdes independencia”.
Con esa elección, Francisco rompió con más de un siglo de tradición: fue el primer papa desde Pío X (1903) que no vivió en el apartamento pontificio del tercer piso del Palacio Apostólico, con vista a la Plaza de San Pedro.
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¿Cómo era su vida en Casa Santa Marta?
El pontífice residía en el apartamento 201, ubicado en el segundo piso. Ahí falleció este lunes 21 de abril. El espacio consta de dos habitaciones y un baño. También contaba con un pequeño estudio, donde trabajaba frente a un escritorio de madera, y una sala modesta donde recibía a sus visitantes.
Casa Santa Marta, construida en 1996, tiene 105 suites dobles y 26 habitaciones individuales. Fue diseñada originalmente para hospedar a los cardenales durante los cónclaves.
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El edificio tiene comedor con autoservicio, que el propio Francisco usaba, sala de reuniones, una capilla principal y cuatro capillas privadas. Está administrado por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
¿Qué pasó con el apartamento tras su muerte?
Con el fallecimiento de Francisco, tanto su residencia en Casa Santa Marta como el tradicional apartamento papal del Palacio Apostólico fueron sellados como parte del protocolo del Vaticano. Esta medida busca proteger documentos y objetos personales hasta que se elija a su sucesor en el próximo cónclave.
La sencillez del modesto apartamento donde vivió y falleció el papa Francisco, en Casa Santa Marta, es reflejo de su visión pastoral: cercana al pueblo, discreta en lo material y coherente con su mensaje de humildad y servicio.