Tras su fallecimiento este lunes 21 de abril de 2025, se confirmó que el papa Francisco no será enterrado en la Basílica de San Pedro, como es tradición entre los pontífices.
Por decisión personal, descansará en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, un lugar profundamente significativo para él.
Con este gesto, el primer papa latinoamericano rompe con una costumbre centenaria y reafirma el estilo cercano y humilde que marcó todo su pontificado.
Te podría interesar
¿Por qué eligió la Basílica de Santa María la Mayor?
Desde el inicio de su papado, Francisco mostró un profundo vínculo con esta basílica. Allí acudía antes y después de cada viaje apostólico para orar ante la imagen de la Virgen María, Salus Populi Romani, a quien siempre llevaba flores.
Ese gesto constante reflejaba su devoción mariana y su deseo de mantenerse espiritualmente anclado a la figura de la Virgen. Este lugar se volvió tan significativo en su vida espiritual que, a diferencia de otros pontífices, pidió ser sepultado ahí.
Te podría interesar
¿Qué historia tiene?
La Basílica de Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y la más importante dedicada a la Virgen María.
Fue construida en el siglo V por orden del papa Sixto III, tras el Concilio de Éfeso (431 d.C.), que proclamó a María como “Madre de Dios”. Su arquitectura mezcla estilos paleocristiano, románico, barroco y renacentista.
Además de su relevancia espiritual, el templo alberga los restos de varios papas, entre ellos San Pío V, Sixto V, Pablo V y Clemente VIII, así como monumentos funerarios de nobles y religiosos italianos.
¿Qué representa esta decisión?
Fiel a su estilo sencillo, el pontífice eligió no ser sepultado en el centro del poder vaticano, sino en un lugar más íntimo y profundamente conectado con su fe. La basílica no solo es un espacio de devoción, sino también un símbolo de su mensaje pastoral: una Iglesia cercana, espiritual y mariana.
El papa Francisco descansará en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo su deseo de permanecer junto a la Virgen a la que fue devoto durante toda su vida. Una decisión que refleja su legado de humildad, cercanía y amor profundo por lo esencial del Evangelio.
