La administración del presidente Donald Trump ha trazado una nueva estrategia comercial que podría cambiar el panorama global: utilizar los aranceles como un instrumento de presión para aislar a China.
¿Qué pretende hacer EU?
De acuerdo con The Wall Street Journal, Estados Unidos pretende intercambiar reducciones arancelarias con más de 70 países, a cambio de que limiten sus relaciones económicas con el gigante asiático.
Esta iniciativa busca que los socios comerciales de Estados Unidos impidan que China exporte productos a través de sus territorios, que bloqueen la instalación de empresas chinas en sus países para evitar los aranceles de Trump, y que además no absorban los excedentes industriales del país asiático. En esencia, se trata de un intento por frenar la expansión global de la economía china utilizando medidas comerciales como barrera.
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EU quiere fuera a China en el tema comercial
Según reportes, esta estrategia fue propuesta por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y presentada al presidente Trump el pasado 6 de abril. Desde entonces, funcionarios estadounidenses han comenzado a introducir el tema en conversaciones bilaterales con distintas naciones, dejando claro que Washington ve en los aranceles una herramienta de negociación más allá de la simple protección comercial.
Esta política forma parte de un enfoque más agresivo de la Casa Blanca para reducir la dependencia global de productos chinos y proteger la industria estadounidense. No se trata solo de imponer tarifas, sino de rediseñar el orden económico global bajo nuevas reglas donde la presencia de China se vea limitada en múltiples frentes.
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La propuesta ya ha generado debates entre economistas y líderes internacionales, quienes advierten que esta maniobra podría escalar tensiones comerciales y tener consecuencias imprevistas para los mercados globales. Aun así, la administración Trump parece decidida a avanzar con este plan, convirtiendo a los aranceles no solo en una política económica, sino en una pieza clave de su estrategia geopolítica.