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El huachicol no es un fenómeno exclusivo de México, también está presente en Rusia, en donde es usado para evadir los embargos de Occidente al crudo ruso y financiar la maquinaria de guerra contra Ucrania.
Este fenómeno salió una vez más a la luz frente a las costas de la Bretaña francesa, en donde el Boracay, un buque petrolero bajo jurisdicción de Benín, fue interceptado por las autoridades francesas a inicios de octubre.
El argumento para poner bajo custodia al capitán y su segundo al mando, fue el posible vínculo con la llamada “flota a la sombra rusa”, término usado para describir los cientos de buques que siguen trasportando petróleo ruso a pesar de las sanciones internacionales tras la invasión de Ucrania.
Una flota que pone en riesgo la seguridad de Europa y el medio ambiente, afirma Adam Szlapka, Ministro de Asuntos Europeos de Polonia.
“Me gustaría destacar que la flota fantasma de Rusia no solo alimenta la maquinaria bélica rusa contra Ucrania, sino que, al eludir el límite máximo del precio del petróleo, también supone un riesgo significativo para el medio ambiente y la seguridad marítima en Europa y en todo el mundo, debido al mantenimiento inadecuado y la escasa cobertura de los seguros de sus buques”.
La “flota a la sombra”, ha dado lugar al lucrativo comercio clandestino de crudo ruso. Involucra a petroleros viejos, por lo regular con una media de vida de 17 años, su mantenimiento es precario y la tripulación suele trabajar muy por debajo de los estándares internacionales.
Para evitar ser identificados, navegan con “banderas de conveniencia”, es decir, con banderas de terceros países, mayoritariamente de África o El Caribe; y para no generar sospecha que es petróleo ruso, el combustible es transferido de buque a buque en aguas internacionales localizadas en las inmediaciones de Rusia, Malasia, Malta, Grecia, Corea del Sur, Omán y Emiratos Árabes Unidas.
El eurodiputado Gerben-Jan Gerbrandy
“Exijo una prioridad mucho mayor por parte de la Comisión y de los Estados miembros. Simplemente, no tenemos tiempo que perder, por tres razones: en primer lugar, esta flota fantasma es un desastre medioambiental flotante, como hemos visto en el mar Negro; en segundo lugar, la flota fantasma está socavando las sanciones y financiando la guerra de Putin; y, en tercer lugar, supone un peligro para nuestra seguridad”.
En el huachicoleo ruso participan más de 900 petroleros, y es precisamente porque navegan bajo otra bandera, y no la rusa, lo que dificulta su detección.
Sin embargo, poco a poco están siendo identificados. Desde junio de 2024, la Comisión Europea elabora una lista de los buques fantasma conocidos. Comenzó con 10 embarcaciones y hoy en día hay más de 560.
De este modo, los países que los reciben en sus muelles, deberían poder identificarlos más rápidamente. El problema es que el crudo ruso se comercializa a precio más bajo del mercado, lo que resulta ser una oferta irresistible para comerciantes dispuestos a tomar el riesgo.