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¿Por qué Putin le teme a los misiles Tomahawk?

Ahora, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky pide misiles Tomahawk.

Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Vladimir Putin, presidente de Rusia.Créditos: EFE
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Estados Unidos y Europa primero le hicieron el feo a Ucrania cuando pidió baterías antiaéreas para defenderse de los misiles rusos. Al ver cómo la infraestructura estratégica ucraniana quedaba en escombros, rectificaron y mandaron el armamento convencional.

Después Kiev pidió tanques, después aviones de combate. Ocurrió lo mismo, Washington, Berlín, París y Londres negaron el equipo asegurando que eran líneas rojas que no debían sobrepasarse al implicar el riesgo de escalada. Al paso de los meses corrigieron.

Ahora, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky pide misiles Tomahawk.

Estos proyectiles vuelan tan rápido como un avión comercial, vuelan muy cerca del suelo, a unos 30 metros de altura, por lo que son más difíciles de detectar por los radares.

Gracias a su inteligente sistema de radar, el proyectil además puede seleccionar objetivos de forma autónoma mientras vuela.

En síntesis, un misil inteligente y potente, con un alcance enorme, y que puede marcar un cambio de juego en el tablero bélico.

“Los ucranianos también tienen la capacidad de atacar a Rusia en profundidad. Tienen sus propios misiles Neptuno y Flamingo, pero estos Tomahawks son algo mejores. Son capaces de volar rutas tan largas que pueden atravesar la defensa aérea rusa. Tienen una gran carga explosiva a bordo, 450 kilos, y con ella pueden causar estragos. Y no solo pueden atacar las refinerías de petróleo, sino también las fábricas de drones y misiles”.

Para ponerlo en contexto, unos mil 900 objetivos militares rusos se encuentran dentro del alcance de un misil Tomahawk, que abarca una circunferencia de dos mil 500 km.

Sin embargo, el presidente Vladimir Putin, hábilmente ha logrado ganar tiempo, con un truco que se ha vuelto clásico, y que consiste en hacerle atractivas promesas de negocio al presidente estadounidense, Donald Trump, sin ofrecer calendario para concretizar.

Una trampa recurrente usada por Putin y en la que cae una y otra vez Trump.

“Rusia vuelve a hacer todo lo posible para evitar la diplomacia. Tan pronto como se descartó el suministro de armas de largo alcance a Ucrania, Rusia perdió automáticamente todo interés en la vía diplomática”.

Rusia le dice a Washington que cuando termine la guerra está lista para emprender una nueva relación comercial, y con ello, está ganando tiempo, aunque no sabemos cuánto. El primer avión de combate Mirage llegó a Ucrania tres años después de iniciar el conflicto.

Lo que sí sabemos es que los misiles Tomahawk que Zelensky espera con ansiedad, son más grandes, más inteligentes y con mayor capacidad explosiva; es decir proyectiles que hacen temblar a Moscú.