En un ambiente de creciente tensión política, Nicolás Maduro tomó posesión de un tercer mandato presidencial en Venezuela, a pesar de las acusaciones de fraude por parte de la oposición, falta de boletas electorales, y el rechazo de varios sectores internacionales.
Maduro calificó su reelección como una “victoria de la democracia venezolana” durante un acto en la Asamblea Nacional, rodeado de aliados como los mandatarios de Cuba y Nicaragua.
"Esta toma de posesión venezolana, constitucional, no la pudieron impedir y es una gran victoria de la democracia venezolana", comentó.
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Adornado con la banda presidencial y el emblemático collar "Orden Libertadores y Libertadoras", el dictador aseguró haber cumplido con la Constitución al asumir el cargo.
En su discurso, enfatizó que su poder no proviene de influencias extranjeras, sino de "la historia y el pueblo venezolano", al tiempo que arremetió contra sus opositores y gobiernos extranjeros críticos.
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"Hemos logrado lo que sabíamos que íbamos a lograr", agregó el mandatario, que asumió el poder en 2013. "A Venezuela no le impone un presidente nadie en este mundo".
Una elección bajo la sombra de la duda
La polémica elección del pasado 28 de julio sigue siendo motivo de enfrentamientos.
Mientras el Consejo Nacional Electoral proclamó a Nicolás Maduro como ganador, la oposición liderada por Edmundo González sostiene que las cifras oficiales son falsas.
Según González, el 85 por ciento de las actas respaldan su victoria, pero el chavismo desestima esta evidencia, tachándola de “falsa”.
¿El fin de Nicolás Maduro?
En entrevista para MVS Noticias, el analista internacional Fausto Pretelín, advirtió que Venezuela podría enfrentar un escenario de dos presidentes, similar a la crisis que ocurrió con Juan Guaidó.
Sin embargo, la legitimidad reclamada por González, basada en votos, añade una nueva capa de complejidad.
El control de las Fuerzas Armadas sigue siendo clave en esta disputa.
El analista señala que cualquier fractura dentro del ejército podría cambiar el panorama, ya sea mediante un golpe de Estado o una intervención extranjera.
El futuro de Nicolás Maduro
Por ahora, Maduro sigue consolidando su posición con el respaldo de aliados internacionales y los recursos económicos que maneja junto a su círculo cercano.
"Finalmente las dictaduras caen, no hay una receta de cada cuánto, todo depende de los apoyos y hay muchos militares que votaron por Edmundo González y basta con que uno traicione y desencadene un golpe o matar a Nicolás Maduro, o una intervención militar. En muchas ocasiones se tienden tiempos de planta, se negocia con otros países como Turquía y ahí se iría a pasar el resto de sus vidas”, explicó el analista.
Mientras tanto, el pueblo venezolano enfrenta una profunda incertidumbre, con una oposición que busca apoyo internacional y soluciones que parecen lejanas.
La situación en Venezuela, marcada por el liderazgo de Nicolás Maduro, continuará siendo un tema de interés global en los próximos meses. / Con información de EFE