Si bien los picaderos clandestinos de heroína de finales de la década de los 70 y principios de los 80 han desaparecido de ciudades como Amsterdam, Berna, Oslo y Hamburgo, el consumo ilícito de opioides sigue siendo un problema importante en la Unión Europea.
Su uso es responsable de tres cuartas partes de las más de 6 mil muertes registradas anualmente en la Unión Europea por sobredosis.
Además, sigue habiendo una comunidad altamente vulnerable. Hay alrededor de 1 millón de consumidores de opioides de alto riesgo.
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Si bien no hay comparación con la epidemia que está ocurriendo en Estados Unidos, debido a que en Europa hay controles más estrictos en materia de prescripción médica y son más accesibles las instancias de asistencia sanitaria y reintegración social, estas sustancias están desempeñando un papel cada vez más destacado en los mercados de drogas de algunos Estados miembros de la UE, en particular en los países nórdicos y países bálticos.
Mercado cada vez más complejo
Europol sostiene que el mercado europeo de opioides además se está volviendo cada vez más complejo, ya que está incorporando al menú de consumo, nuevos opioides sintéticos.
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Preocupa en particular el temible fentanilo y sus derivados, así como otros potentes opioides como el nitaceno, una droga más potente que el fentanilo.
La agencia policiaca alerta que no es todavía un problema generalizado, pero sí están apareciendo focos rojos.
En Estonia, el fentanilo y sus derivados ya es la droga más común entre los usuarios de opioides, y hay un aumento de la disponibilidad en los mercados vecinos, Letonia, Lituania y Suecia.
También se han hecho denuncias sobre la circulación de productos compuestos, como sería la mezcla de heroína con fentanilo, y con otros sedantes, como la xilazina y la benzodiacepinas.
Pero el reto no para con el aumento de la disponibilidad de opioides y sus mezclas, las redes criminales que operan en la Unión Europea y encargadas del tráfico y distribución de heroína y de otros opioides, son difíciles de erradicar debido a que gozan de estructuras y contactos bien establecidos.
A diferencia de México, en donde las matanzas son de todos los días, en Europa, las organizaciones kurdas, turcas y de los Balcanes, principales importadores y facilitadores de la distribución de la droga, no se agreden.
A nivel mayorista, el uso de violencia en el negocio de la heroína es poco común. Europol asegura que esto se debe a que están bien establecidas, están enfocadas en hacer negocio y en gran medida cooperar entre ellas.
Aunque Europol alerta que este pacto de estabilidad podría desintegrarse, ante el crecimiento potencial del mercado de opioides sintéticos y la competencia por hacerse de una cuota del mercado valuado en al menos 5 mil millones de euros al año.
Afirma que la llegada de nuevos opioides, algunos de ellos más potentes que la heroína, como el fentanilo, podrían acabar con el orden existente y desatar una escalada de violencia hasta ahora no vista en Europa.