El Senado de Rusia aprobó el pasado miércoles y de forma unánime, la ley que prohíbe el cambio de sexo tanto en el quirófano como en los documentos de identidad, con ello, el país busca impedir que se sucumba a la “ideología antifamilia de Occidente”.
Esto quiere decir que estarán prohibidas las intervenciones quirúrgicas y también el uso de medicamentos dirigidos a la reasignación de sexo, en cuanto el marco legal sea enviado y firmado por el presidente Vladímir Putin.
Pese a las críticas, la ley ha recibido "muchas" reacciones positivas en países europeos; aseguró Valentina Matviyenko, presidenta de la cámara alta.
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La reasignación de sexo solo será posible por motivos médicos para el tratamiento de anomalías congénitas, enfermedades genéticas y endocrinas que causan trastornos en la formación de los órganos sexuales de los niños.
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La ley ya había sido aprobada por unanimidad la semana pasada por la Duma, cuyo presidente, Viacheslav Volodin, la consideró una medida para evitar la "degeneración" de la sociedad rusa.
Lo anterior también significa que las personas trans vivirán un retroceso y se acentuará la discriminación que ya experimentan en el país.
Las y los transexuales rusos no solo temen un endurecimiento de la persecución por parte de las autoridades, sino que también para muchos la única salida viable ahora es el exilio.
El documento también impide la adopción de niños por parte de personas que ya hayan cambiado de sexo. Tampoco podrán ser sus tutores o fideicomisarios.
En Rusia estaba permitido por ley el cambio de sexo en documentos oficiales desde 1997, aunque la persona interesada no estaba obligada a someterse a una operación para poder introducir esa modificación en su documento de identidad.