En Estados Unidos, el sacerdote, Michael J. Zacharias, fue declarado culpable el viernes pasado por un jurado federal en el Distrito Norte de Ohio por cinco cargos relacionados con el abuso de menores.
De acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia, el exclérigo tuvo tres víctimas, de las cuales, dos eran menores de edad al inicio de los hechos.
Zacharias les pagaba a estas personas con el fin de que le prestaran a servicios sexuales. En caso de que se negaran, es infundía miedo para obligarlas a cumplir.
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¿Qué hizo el sacerdote estadounidense?
La Oficina de Asuntos Públicos de la dependencia explicó que el agresor conoció a sus víctimas cuando eran niños en la escuela parroquial de St. Catherine en Toledo, Ohio.
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Fue ahí cuando echó a andar su plan, haciendo uso de su posición como maestro y religioso para ganarse la confianza de los menores de edad, así como de sus familias.
“El acusado superó la resistencia de las víctimas a sus eventuales propuestas sexuales comerciales al sexualizar gradualmente las conversaciones y la conducta con ellas”, dice el comunicado del Departamento de Justicia.
Por si fuera poco, el victimario les generó una adicción a los opiáceos, específicamente a analgésicos y heroína.
En cuanto Zacharias vio que sus víctimas tenían una dependencia a las drogas, les ofreció el tener “sexo comercial”.
De acuerdo con los testimonios de los entonces infantes, lo hacían porque tenían miedo de perder la figura parterna del clérigo, así como su conexión con la Iglesia y Dios.
“Este acusado traicionó a las víctimas de la manera más inhumana”, dijo la Fiscal General Auxiliar de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, Kristen Clarke. “Él les robó su infancia, su dignidad y su fe”.
A pesar de que el sacerdote estadounidense fue declarado culpable, aún no se define una sentencia. Actualmente enfrenta una mínima obligatoria de 15 años y una máxima de por vida.