Barcos de la Marina y de la Guardia Costera de Estados Unidos se han desplazado hasta la zona del océano Atlántico donde supuestamente cayeron los restos del 'globo espía chino' derribado el sábado, en busca de pistas que permanezcan esclarecer si era un aparato de espionaje o tenía fines de investigación, como asegura Pekín.
Las autoridades estadounidenses establecieron un perímetro para tratar de evitar intromisiones y asumen ya que tendrán que recurrir a buzos o equipos no tripulados para recuperar los restos, según fuentes oficiales citadas por CNN. Estiman que pueden estar a unos 15 metros de profundidad.
Los expertos no han realizado por ahora ningún tipo de estimación, aunque las fuentes consultadas sí esperan que los restos estén ya en poder del Gobierno de EU en "un tiempo relativamente corto".
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Las autoridades también solicitaron ayuda a la población local, para evitar que los ciudadanos interfieran en las investigaciones. La Policía del condado de Horry, en Carolina del Sur, pidió a sus habitantes que den la voz de alarma si ven algún objeto sospechoso: "No se deben tocar, mover o retirar los restos".
El 'globo espía chino' fue avistado por primera vez el pasado martes sobre Montana y cruzó el país hasta la costa este hasta llegar este sábado al Atlántico, donde ha sido finalmente derribado. Altos cargos del Pentágono habían advertido del riesgo de derribar el aparato sobre tierra por el peligro de que los restos causaran daños.