El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, se reunieron este miércoles para discutir el tema de la producción ilícita de fentanilo, un poderoso opioide que está causando la muerte de aproximadamente 200 estadounidenses diariamente. Después de la reunión que se prolongó por más de cuatro horas, Biden dio una rueda de prensa en la que, al concluir, una periodista le preguntó a gritos si aún consideraba que Xi era un "dictador": "Bueno, mira, lo es", dijo el líder estadounidense.
Joe Biden: China tiene "problemas reales"
Fue en una recaudación de fondos para su campaña de reelección para las elecciones de 2024, que tuvo lugar el pasado junio, Biden llamó por primera vez "dictador" a Xi, lo que provocó un gran malestar en este último.
Durante otra actividad de obtención de fondos llevada a cabo la noche pasada en San Francisco, y previo al anticipado encuentro, el líder estadounidense declaró que China enfrenta "desafíos concretos", sin detallar con precisión a qué aspectos se estaba refiriendo.
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Gobierno de China y EU llegan a un acuerdo
Un alto funcionario estadounidense informó que, en la reunión entre ambos mandatarios llevada a cabo en la mansión llamada 'Filoli', ubicada a unos 40 kilómetros del centro de San Francisco, se acordó que el gobierno chino supervise la exportación de ciertos productos químicos utilizados por los cárteles del narcotráfico mexicano para producir fentanilo y venderlo ilegalmente en los Estados Unidos.
Aunque la fuente no proporcionó detalles específicos del acuerdo, se había anticipado previamente que se alcanzaría un acuerdo integral durante la reunión.
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Según informes de Bloomberg, este paquete que incluiría el compromiso de China de perseguir a las empresas que producen los precursores del fentanilo, es decir, medidas químicas utilizadas como materias primas para fabricar este potente analgésico.
A cambio, el gobierno de Joe Biden levantaría las sanciones impuestas al Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública de China. Este instituto fue sancionado durante el mandato de Donald Trump (2017-2021) por abusos contra las minorías musulmanas en la región noroccidental china de Xinjiang, una acusación que Pekín ha negado. Con información de EFE.