El juez Arthur Engoron, que supervisa el juicio civil sobre presunto fraude comercial cometido por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus empresas, emitió este martes una orden de silencio que prohíbe a ambos bandos hacer comentarios públicos sobre el personal del juzgado.
El juez Engoron, de la Corte Federal al sur de Manhattan, dijo a los abogados de Trump y a la fiscal del estado, Letitia James, titular del caso, que los ataques sobre su staff son “inaceptables, inapropiados y no serán tolerados bajo ninguna circunstancia”.
El magistrado amenazó con “sanciones serias” en caso de que no se cumplan sus advertencias.
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La orden llegó luego de que Trump publicara en su red social Truth la foto de una empleada del juez cuando ella posaba junto al líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schummer.
Trump coronó la imagen con el comentario: “la novia de Schummer, Allison R Greenfield, está llevando este caso en mi contra… ¡qué desgracia! Este caso debe ser desechado”.
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A partir de que comenzaron a aparecer dictámenes en su contra en distintas cortes del país, Donald Trump ha usado sus redes para atacar a jueces y fiscales que los han procesado.
Por ejemplo, en Nueva York, ha llamado "racista" y "motivada por cuestiones políticas" a la fiscal James, así como al mismo juez Engoron, de quien ha dicho que se le debe iniciar un proceso criminal por atreverse a procesarlo.
En el caso que se le lleva en Washington por el asunto del 6 de enero y sus intentos por buscar revertir el resultado de la elección presidencial, el fiscal especial Jack Smith también emitió una solicitud de orden de silencio que aún es analizada por la juez de distrito Tanya S. Chutkan, encargada del caso.
En una moción ingresada posteriormente, los abogados de Trump le han dicho a esta juez que él “es un candidato presidencial que tiene derecho a responder a las críticas” y a sus rivales en la campaña electoral.
Mientras tanto, durante el segundo día de juicio en Nueva York, continuó el testimonio de un contador que trabajó en las empresas de Trump.
La fiscal James busca el retorno a las arcas de Nueva York de al menos 250 millones de dólares y la prohibición permanente para que Trump y sus hijos, Donald Jr. Y Eric, manejen de nueva cuenta negocios en la Gran Manzana.
Antes de la orden del juez, Trump se dirigió de nueva cuenta a la prensa y, refiriéndose a la fiscal james, dijo que “era tremendamente incompetente” y había inventado un caso falso.
“Sus cifras son fraudulentas”, clamó Trump para rematar con “ella es un fraude”. Queda por ver si con la orden impuesta hoy, esos ataques culminan o se moderan.