En un mensaje de video difundido el jueves, Abu Obaida, el portavoz de las Brigadas al Qassam, el ala militar de Hamás declaró que la planificación del ataque se inició en 2021. Según el vocero, estas brigadas elaboraron un plan minucioso para movilizar a 3 mil combatientes para el combate y a otros mil 500 para operaciones de apoyo.
Por otro lado, Michael Milshtein, un exoficial de inteligencia militar israelí afirmó que "nunca antes se había visto un nivel de planificación tan detallado en ninguna de las acciones anteriores de Hamás".
De acuerdo con informes, varios miembros del movimiento palestino llevaban manuales tácticos que detallaban las vulnerabilidades de los vehículos blindados del Ejército israelí.
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Los documentos obtenidos también sugieren que Hamás tenía la intención de atacar no solo objetivos militares, sino también a la población civil y tomar rehenes. Por ejemplo, un documento de 14 páginas marcado como 'alto secreto' en árabe, fechado el 15 de junio de 2023, describe un plan para infiltrarse en la comunidad de Mefalsim y retener a civiles. El plan incluía el número de habitantes de la localidad y la hora estimada de llegada de las tropas israelíes.
Los miembros del equipo de asalto de las Brigadas al Qassam debían abrir brechas en la valla de seguridad, mientras que otros llevarían a cabo disparos de "artillería". Una vez dentro, los militantes debían capturar prisioneros y retenerlos con fines de negociación, según el documento.
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Almog Cohen, un miembro del Parlamento israelí que participó en los combates, confirmó al Wall Street Journal (WSJ) que los miembros de Hamás portaban documentos especiales. Además, un mapa encontrado en el chaleco de un militante mostraba que los atacantes de la ciudad de Ofakim, cerca de Gaza, tenían un conocimiento detallado de la localidad.
Adicionalmente, se informa que Hamás empleó drones para lanzar granadas sobre las torres de observación de Israel, lo que aparentemente afectó la infraestructura de monitoreo en la frontera y la valla de seguridad.
Un documento adicional señalaba las posibles debilidades del principal tanque del Ejército israelí, el Merkava, y recomendaba a los atacantes disparar desde una distancia de 50 metros utilizando un lanzacohetes antitanque portátil RPG-7 u otras armas.