OTRAS CULTURAS

¿Cómo vive un mexicano en Arabia Saudita?

El día a día en el reino del Medio Oriente tiene una historia detrás que muestra la búsqueda de mejores oportunidades, dejando a un lado el "sueño americano".

El reino de Arabia Saudita con su proyecto “Visión 2030” se prepara para invertir un trillón de dólares en diferentes proyectos.
El reino de Arabia Saudita con su proyecto “Visión 2030” se prepara para invertir un trillón de dólares en diferentes proyectos.Créditos: Especial.
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Un mexicano en Arabia Saudita - Sheila Amador

Al caer la tarde y escuchar el llamado al 3er rezo del día, Rafael levanta la cortina de sus tiendas. Son un par de locales de alfombras que se ubican en una estrecha callecita de La Ciudadela de Masmak en Riad, la capital de Arabia Saudita.
 
Nacido en un rancho llamado El Salitre en Zacatecas, este mexicano recuerda que se mudó muy jóven con sus padres a Estados Unidos en busca del sueño americano, pero regresaba constantemente a su tierra para visitar a sus abuelos y no olvidar sus raíces, sus platillos favoritos, las costumbres de su comunidad.


 
Se convirtió al Islam en Los Ángeles y decidió dejar atrás su vida en el continente americano para establecerse en Arabia Saudita atraido por su cultura y las oportunidades de educación y empleo que encontró en un país completamente diferente al rancho donde nació.
 
Hace 21 años Rafael llegó a Riad a estudiar la Universidad. Dos años antes se dedicó a aprender el árabe, que dice, no le ha resultado tan difícil.


 
“Vine aquí a estudiar a la Universidad, era una oportunidad, porque el Gobierno de Arabia Saudita pagó todo y en los Estados Unidos el colegio es muy caro, las universidades… entonces vine aquí a estudiar y sí me gustó mucho. La cultura es muy bella de los árabes, son como los mexicanos, te invitan a la casa”.
 
Se graduó en Educación y fue maestro de inglés por varios años. Casado con una ciudadana Saudí, Rafael tiene dos hijos. Apenas en 2021 se retiró y decidió emprender en el negocio de venta de alfombras junto con su socio de Afganistán.
 
Comenzó coleccionando libros antiguos y manuscritos. Después se interesó por los tapetes para tener la oportunidad indagar de dónde provienen, quién los fabricó, qué significado tienen y la historia que guardan entre sus bellos tejidos multicolores que datan de hasta 100 años de antigüedad.
 
El exquisito aroma a inciensos y aceites de decenas de locales que circundan la ciudadela ubicada cerca de la Mezquita Azul y el Palacio de Justicia se mezclan con parte de la historia que han visto pasar las alfombas que ofrece Rafael a sus clientes desde los 500 hasta los 100 mil riales saudíes, es decir, desde 2 mil 500 hasta 516 mil pesos.


 
El intenso sabor a cardamomo del café saudí contrasta con la comida mexicana que Rafael anhela volver a probar, porque aunque rápidamente se adaptó al choque cultural que representa vivir en el reino de Arabia Saudita, sigue extrañando los tacos y los chilaquiles.
 
Y es que a pesar de que Arabia Saudita ha modificado en los últimos años sus leyes para abrir sus puertas al turismo y dotar a las mujeres de ciertos derechos que anteriormente eran una prohibición, como por ejemplo: Obtener un pasaporte y viajar al extranjero sin acuerdo previo de un tutor o conducir un vehículo, aún es un país sumamente conservador y las diferencias de género son profundas.


 
“Cuando venían gentes que no eran musulmanes o mujeres, pues sí era obligación que se taparan, era Ley que se taparan no el pelo, pero el Abaya, el cuerpo, pero ya como quieren abrir las puertas para el turismo, la mayoría de la gente… están abiertas las puertas para todo, no nada más los musulmanes y ya cambiaron muchas leyes, relajaron muchas cosas del respeto de cómo se viste la mujer”.
 
No obstante, aún está mal visto que hombres y mujeres que no son parientes hablen entre sí o tengan algún contacto físico. Los colegios segregan por sexo y en lugares públicos como gimnasios, establecimientos de comida rápida, y hasta en las zonas de seguridad de los aeropuertos permanecen separados hombres de mujeres, y los primeros siempre tienen preferencia.

Y aunque las extranjeras están exentas de usar el tradicional abaya en público, deben cubrir sus rodillas y brazos. Realizar un viaje en auto de aplicación sola por la madrugada, resulta una aventura riesgosa.

El reino de Arabia Saudita con su proyecto “Visión 2030” se prepara para invertir un trillón de dólares en diferentes proyectos hasta 2030. Entre los proyectos se encuentra la construcción del aeropuerto más grande del mundo, con siete pistas y la apertura de 500 mil cuartos de hotel para atraer a 30 millones de visitantes extranjeros por año.