La ciudad de Monterey Park, a 15 kilómetros al este de Los Ángeles EU, fue testigo el 21 de enero de un tiroteo masivo perpetrado supuestamente por un hombre asiático que mató a diez personas e hirió a otras diez y que se suicidó al ser acorralado por las fuerzas del orden.
El suceso tuvo lugar en una sala de baile tras las festividades el Año Nuevo chino. El tirador, que usaba una pistola semiautomática "probablemente robada e ilegal en California", según las autoridades, fue la misma persona que 20 minutos después trató de abrir fuego en otra discoteca en Alhambra, a 5 kilómetros de Monterey Park, pero donde fue desarmado antes de darse a la fuga.
La Policía del condado de Los Ángeles organizó desde la medianoche del sábado un intenso operativo y localizó al individuo el domingo pasado el mediodía.
El cuerpo del presunto autor, identificado como Huu Can Tran, fue hallado en el interior de una furgoneta blanca después de que este se quitara la vida al ser interceptado en una persecución que se prolongó durante horas y terminó en los aparcamientos del centro comercial Del Amo en Torrance, al suroeste de Los Ángeles.
El comisario Robert Luna, de Los Ángeles, comunicó que se sigue investigando el móvil del crimen, pero que las fuerzas del orden no consideran que haya más individuos involucrados en la matanza.
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Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trasladó sus condolencias a las familias de los fallecidos y de los heridos, y ordenó que las banderas del país ondeen a media asta en todos los edificios públicos durante los próximos cuatro días en señal de respeto.
Monterey Park es una ciudad de aproximadamente 60 mil habitantes cuyo censo lo componen un 65 % de personas de origen asiático, según datos oficiales.
No ha trascendido la identidad de las víctimas, siete de las cuales continúan hospitalizadas, pero los indicios apuntan a que eran mayores de 50 años.
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Varios miles de personas habían estado celebrando el también conocido como Año Nuevo Lunar en los centenares de puestos de ocio desplegados en la zona hasta minutos antes de que el tirador accediera al club y abriera fuego indiscriminadamente.
El agresor que estaba en el punto de mira era de origen asiático, tenía 1,75 metros de altura y unos 68 kilos de peso, y en la foto distribuida para facilitar su búsqueda vestía chaqueta, gafas y gorro.
El caso se enredaba después de comprobar que su apariencia coincidía con la de un hombre que había protagonizado un intento de tiroteo en otra sala de baile ubicada en Alhambra tan solo 20 minutos después.