Las autoridades de Siria han elevado este miércoles a siete el número de muertos a causa del brote de cólera decretado el domingo, la mayoría de ellas en la provincia de Alepo, situada en el norte del país.
"El número total de muertos a causa del cólera aumentó a siete", dijo el Ministerio de Sanidad sirio, que detalló que cuatro personas han fallecido en Alepo, a las que se suman dos muertos en Deir Ezzor y uno en Hasaka.
Asimismo, señaló que hasta el momento se han confirmado 53 casos en el país, incluidos 22 en Alepo, según ha recogido la agencia estatal siria de noticias, SANA. Por detrás figuran Hasaka, con trece casos; Deir Ezzor, con diez; Latakia, con seis; y Damasco, con dos.
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En este sentido, manifestó que "está llevando a cabo una vigilancia epidemiológica 24 horas al día y adoptando medidas apropiadas para controlarla, en cooperación con las autoridades correspondientes".
"Hay un tratamiento disponible y se ha entregado a los hospitales un suministro adicional del mismo en anticipación a cualquier aumento del número de casos, limitados hasta ahora", argumentó.
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Cada 48 horas informarán sobre la enfermedad
Por último, el Ministerio de Sanidad resaltó que publicará cada 48 horas "una actualización sobre la situación epidemiológica" con el fin de "facilitar la obtención de información a través de una fuente confirmada y exclusiva".
El coordinador humanitario de la ONU para Siria, Imran Riza, expresó el martes su "gran preocupación" por el brote de cólera e hizo hincapié en que es una muestra de la escasez de agua en el país ante un descenso de las aguas del Éufrates, las condiciones similares a la sequía en algunas zonas y la destrucción de infraestructura a causa del conflicto que estalló en 2011.
Respuesta sanitaria
Por ello, confirmó la puesta en marcha de una respuesta sanitaria, encabezada por el Ministerio de Sanidad sirio y con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), para hacer frente a la crisis.
Rizo alertó además de que el brote supone "una grave amenaza" para la población siria y de la región y pidió a los países donantes financiación urgente para contener el brote y evitar su propagación, así como un acceso "sostenido y sin restricciones" a las comunidades afectadas.