Luego de que el entonces presidente ucraniano, Víktor Yanucovich, recibiera un golpe de Estado tras no firmar un acuerdo de adhesión a la Unión Europea en 2013, se detonaron protestas a lo largo y ancho de Ucrania, unos a favor de anexarse a Europa y otros seguir afín a la política rusa, sin embargo nunca pensaron que el conflicto se alargaría más de lo debido.
En el este ucraniano, específicamente en Járkov, Donetsk, Luganks y Crimea se desató una guerra, el gobierno de Kiev pudo controlar la situación en el primer Óblast, pero en los otros tres no pudo. En el Donbás se desató una guerra sin cuartel entre los simpatizantes prorrusos y el régimen de Kiev, mientras que Crimea se anexó a la Federación Rusa.
2022, el estallamiento del conflicto
Hasta 2021 se estuvieron reuniendo ambos gobiernos vigilados por la ONU, incluso se firmó el Protocolo de Minsk, un acuerdo para poner fin a la guerra en el este de Ucrania, firmado por representantes de Kiev, la Federación Rusa, la antigua República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, pero el genocidio de la población prorrusa nunca terminó.
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Fue hasta 2022 cuando Vladimir Putin, presidente de Rusia, ordenó una 'operación militar especial' en toda Ucrania con la finalidad de desmilitarizar y desnazificar a todo el terroritorio, que según el Kremlin, estaba siendo utilizado por la OTAN y EU para poner armas nucleares y nutriendo a los "nazis" para seguir cometiendo genocidio contra los prorrusos.
Las siguientes imágenes muestran los estragos que ha dejado el conflicto entre ucranianos y rusos; tristeza, preocupación, desolación, angustía, muerte y salida masiva de lugareños de su territorio.
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