El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo este lunes una conferencia telefónica con varios líderes europeos y de otros países miembros del G7 y de la OTAN para reforzar la unidad contra Rusia tras su invasión de Ucrania.
Según la Casa Blanca, en la llamada participaron doce líderes de países e instituciones multilaterales, quienes analizaron el apoyo a Ucrania, las sanciones contra Rusia y los precios de la energía.
Información relacionada: EU minimiza riesgo de guerra nuclear pese a peligrosa orden de Putin
En concreto, asistieron Biden, el canciller de Alemania, Olaf Scholz; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Boris Johnson; y sus homólogos de Canadá, Justin Trudeau; Italia, Mario Draghi, además del primer ministro de Japón, Fumio Kishida.
También estuvieron los presidentes de Polonia, Andrzej Duda, y de Rumanía, Klaus Iohannis; además del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
“Los líderes reconocieron la valentía del pueblo ucraniano frente a la agresión rusa y discutieron el apoyo a Ucrania en materia de seguridad, económica y humanitaria”, informó la Casa Blanca en un escueto comunicado.
Los mandatarios también abordaron la imposición de “severas consecuencias” para que Rusia “rinda cuentas” por la invasión, y analizaron mecanismos para “mantener la estabilidad económica mundial”, incluidos los precios de la energía.
Excepto el líder japonés, todos los mandatarios habían participado en otra llamada organizada por Biden el pasado 11 de febrero, casi dos semanas antes de la invasión rusa.
El hecho de que Kishida se sumara en esta ocasión a ese grupo de contacto es una muestra de la voluntad de Estados Unidos y sus aliados de demostrar unidad contra Moscú más allá de los márgenes de la OTAN.
Justo este lunes, el primer ministro de Japón anunció nuevas sanciones contra Rusia que incluirán la restricción de las transacciones con su banco central, así como otras medidas contra Bielorrusia por su colaboración en el ataque sobre Ucrania.
La Casa Blanca también sancionó este lunes al Banco Central de Rusia, con el objetivo de impedirle usar sus sustanciales reservas para financiar la guerra contra Ucrania y fortalecer el rublo, que experimenta caídas récord.
Estados Unidos y otros grandes países consumidores de petróleo se están planteando liberar más crudo de sus reservas de emergencia para frenar el aumento en los precios de esa fuente energética.
En concreto, se podían liberar hasta 70 millones de barriles, de los que 40 millones provendrían de Estados Unidos, según el diario The Wall Street Journal, que menciona una posible decisión al respecto este lunes o martes en la Agencia Internacional de la Energía (AIE), con sede en París.